Sube a la Piedra del Peñol para disfrutar vistas increíbles del lago Guatapé, navega con música en el agua, prueba comida típica antioqueña en el malecón y pasea a tu ritmo por calles llenas de color—con desayuno, almuerzo, transporte y un guía local que hace todo sencillo.
Aún estaba recuperando el aliento después de subir los 742 escalones de la Piedra del Peñol cuando nuestro guía, Camilo, sonrió y me pasó una botella de agua—dijo algo sobre “ganarte la vista” y, la verdad, tenía razón. El aire allá arriba se sentía distinto, más ligero. Se veía el lago serpenteando entre islas verdes y pequeños botes dejando estelas blancas. No esperaba que el viento fuera tan fresco; mi camisa se movía mientras intentaba sacar una foto, pero terminé simplemente mirando. Las piernas me temblaban un poco bajando, pero a nadie le importó—todos reíamos de nuestro “estilo para subir”.
El desayuno fue sencillo—una arepa con huevo y un café que sabía más fuerte que el que preparo en casa. Paramos antes de la roca, sentados afuera donde se olía la hierba mojada (había llovido la noche anterior). El conductor puso salsa bajito en la radio y señaló Marinilla al pasar—dijo que su abuela creció ahí. Después de subir La Piedra, nos subimos a un bote abierto para un paseo tranquilo por el lago Guatapé. Sonaba música latina (alguien cantaba desafinado), y el guía contó historias de casas medio hundidas por el embalse. Es raro ver chimeneas viejas asomando como fantasmas en el agua.
El almuerzo llegó tarde—¿como a las 2pm?—pero nadie se quejó porque ya lo habíamos ganado. El restaurante estaba justo en el Malecón de Guatapé; elegí bandeja paisa (Camilo la recomendó), pero también había opción vegetariana. Un olor ácido a pescado frito de otra mesa llegó hasta nosotros—casi cambio de idea. Después de comer, caminamos por las calles de Guatapé, con esos azulejos pintados y sombrillas colgadas arriba. Los niños corrían pateando una pelota; un señor mayor nos saludó desde su puerta, como si hubiera visto mil grupos de turistas, pero igual sonrió.
Compré un imán pequeño con forma de La Piedra en una tienda cerca de la plaza—no sé por qué, pero ahora está en mi nevera. El bus de regreso a Medellín se puso silencioso tras el atardecer; la mayoría se quedó dormida o miraba las luces reflejadas en el asfalto mojado. No dejo de pensar en esa vista desde arriba—todo se veía más pequeño pero, de alguna forma, más real.
El tour dura unas 10-11 horas incluyendo transporte ida y vuelta desde Medellín.
Sí, el desayuno está incluido antes de visitar la Piedra del Peñol.
No, subir es opcional y cuesta unos 6 USD extra (solo efectivo).
Puedes elegir entre tres platos típicos de la región, incluyendo opciones vegetarianas.
Sí, tienes una hora para explorar Guatapé por tu cuenta después del recorrido guiado.
Sí, incluye un paseo de 45 minutos en barco por el lago Guatapé con música a bordo.
Debes encontrarte en puntos designados en Medellín para la recogida; no se especifica recogida en hotel.
Lleva zapatos cómodos, una chaqueta ligera (puede hacer frío), identificación/pasaporte y efectivo para extras.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde Medellín con asientos reclinables y aire acondicionado, desayuno (dos opciones incluyendo vegetariana), entrada a la zona de La Piedra (subida opcional), recorrido guiado a pie por las coloridas calles de Guatapé más una hora libre, paseo en barco de 45 minutos con música latina en el lago Guatapé, almuerzo en restaurante local con varios platos típicos para elegir (opción vegetariana disponible), paradas panorámicas en Marinilla y Peñol, todos los impuestos locales incluidos y seguro de viaje durante toda la experiencia.
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