Si quieres deslizarte por ríos turquesa, caminar por senderos selváticos y explorar cuevas escondidas en la selva colombiana —todo con un guía local que conoce cada historia— esta aventura en Río Claro es para ti.
Dejando atrás Medellín, serpenteamos por las colinas de Antioquia hasta que apareció el Mirador de Cocorná. No hay grandes señales ni multitudes, solo un pequeño espacio donde los locales a veces estacionan sus motos. El aire allí es fresco y huele ligeramente a pasto mojado. Recuerdo haber mordido una arepa recién hecha mientras veía las nubes deslizarse perezosas sobre los valles verdes abajo. Probablemente verás vacas pastando cerca o escucharás un gallo cantando a lo lejos. Es una parada sencilla, pero honestamente, prepara el ambiente para lo que viene: la Colombia auténtica, sin filtros.
El camino desciende hacia una selva más densa hasta llegar a la Reserva Río Claro. El río parece irreal: agua turquesa cristalina serpenteando entre acantilados de mármol que se elevan verticales a ambos lados. Nos encontramos con nuestro guía justo a la orilla; creció por aquí y parecía conocer cada curva y canto de ave. El rafting aquí no es de rápidos salvajes, sino más bien como flotar por un mundo perdido, con salpicaduras justas para mantener la diversión. En un momento, pasé la mano por el agua y estaba fría pero refrescante. Pájaros volaban sobre nosotros —un martín pescador de colores vivos— y se escuchaban monos en algún lugar entre los árboles.
Después de secarnos, emprendimos el camino a pie por un sendero estrecho bajo hojas gigantes. Había mariposas por todas partes, sobre todo azules, y hongos creciendo en troncos caídos. La humedad hacía que mi camiseta se pegara a la espalda, pero también sacaba ese aroma terroso del suelo del bosque. La parte de la cueva fue otra historia: oscuridad total salvo por nuestras linternas frontales y el extraño eco del agua goteando a lo lejos. Los guácharos aleteaban sobre nosotros —los oirás antes de verlos— y por un momento parecía que el tiempo se detuvo por completo. Cuando finalmente salimos a la luz del día, todo se veía más brillante y más vivo que antes.
¡Por supuesto! El rafting es suave y los guías se aseguran de que todos se sientan seguros. Los niños pueden participar acompañados de adultos, y hay opciones para cochecitos en algunas partes.
Lleva ropa cómoda que pueda mojarse, zapatos resistentes para caminar, protector solar, repelente de insectos y quizá un cambio de ropa para después del rafting.
¡Sí! Incluye snacks locales en el Mirador de Cocorná, además del almuerzo durante la excursión para que no pases hambre.
El día completo dura entre 10 y 12 horas, incluyendo el traslado desde Medellín — tiempo suficiente para disfrutar cada actividad sin prisas.
Tu día incluye rafting guiado en las aguas turquesas de Río Claro, caminata por la selva, aventura en la cueva, almuerzo, snacks locales en el Mirador de Cocorná y seguro para tu tranquilidad.
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