Vive los contrastes de Cartagena en este tour privado: vistas panorámicas desde el convento de La Popa, túneles llenos de historia en la Fortaleza San Felipe, las calles vibrantes y coloridas de Getsemaní, y tiempo para recorrer mercados y plazas a tu ritmo. Con recogida en hotel y guía local que conoce todos los atajos, te será fácil conectar con el ritmo de la ciudad.
Lo primero que noté no fue el calor ni la brisa del mar, sino cómo nuestro guía Mario saludaba casi a todo el mundo cerca del Cerro de La Popa, como si hubiera crecido en cada calle. Subimos al viejo convento (temprano, con la mañana aún un poco brumosa) y pude oler jazmín mezclado con el humo de los carros, una combinación extraña. Mario nos señaló dónde los piratas vigilaban los barcos. Traté de imaginarlo, pero terminé mirando los tejados de abajo. La ciudad desde ahí arriba parecía suave, casi adormecida.
La Fortaleza de San Felipe de Barajas es enorme—uno ve fotos, pero estar dentro de esos túneles es otra cosa. Se escuchaba el eco cuando nos reíamos (me tropecé con un escalón de piedra; nadie lo vio salvo Mario, que solo sonrió). Nos contó cómo los soldados se escondían en las sombras frescas—la verdad, no esperaba sentir frío ahí abajo con el sol tan fuerte afuera. Después bajamos rápido a la ciudad amurallada. Las calles son estrechas y pintadas de todos los colores que puedas imaginar—puertas azules, paredes rosas, ropa tendida que se mueve con el viento.
Paseamos por la Plaza Bolívar y la iglesia de Santo Domingo; unos niños jugaban fútbol descalzos justo al lado de una estatua de algún personaje colonial cuyo nombre olvidé. Había un olor a arepas friéndose cerca y música saliendo de un pequeño parlante amarrado a una bicicleta. En el mercado de Las Bóvedas intenté regatear por unos pendientes en español (mal, la verdad), y la señora solo se rió y me dio mejor precio. Se siente bien no tener prisa—los tours privados son así, ¿sabes? Puedes quedarte más tiempo o escaparte por un helado sin que nadie te apure.
Ya por la tarde pasamos por Bocagrande y Castillogrande—la parte moderna parece Miami pero con más vendedores ambulantes saludando a los carros. Nuestro conductor bajó la velocidad para que pudiéramos tomar fotos de los rascacielos reflejados en los charcos de la lluvia de anoche. Cartagena tiene muchas capas: piedras antiguas, colores vivos, torres de cristal modernas. Pero sigo pensando en esa vista desde La Popa—se queda contigo.
El tour suele durar medio día, pero se puede adaptar según tu horario.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en el precio.
Visitarás el Convento del Cerro de La Popa, la Fortaleza San Felipe de Barajas, el casco antiguo amurallado (con varias plazas), el barrio de Getsemaní, el mercado de Las Bóvedas y zonas modernas como Bocagrande.
Sí, ofrecemos recogida y regreso al puerto para pasajeros de cruceros si se avisa al reservar.
El tour es accesible para sillas de ruedas; solo avisa tus necesidades al hacer la reserva.
Sí, los bebés pueden ir en cochecito o sentados en el regazo de un adulto durante el transporte.
No incluye almuerzo, pero hay tiempo para snacks o compras en paradas como el mercado de Las Bóvedas.
Puedes seleccionar la hora que prefieras al reservar este tour privado de día completo.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel o puerto en vehículo privado con aire acondicionado, agua embotellada para mantenerte hidratado, guía local profesional (a veces multilingüe) y mucho tiempo en cada parada—desde los túneles de la fortaleza hasta los mercados coloridos—antes de regresar cuando tú quieras.
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