Pasa un día completo en Playa Blanca, en la isla de Barú, con un guía local que te mostrará los barrios de Cartagena en el camino. Disfruta cinco horas de descanso real en arena blanca: nada, relájate bajo chozas de palma y prueba mariscos frescos en el almuerzo. Una experiencia sencilla pero auténtica que recordarás mucho después de salir de Colombia.
Lo primero que me llamó la atención al llegar a Playa Blanca fue el color — no solo la arena (que realmente es blanca, casi como tiza frente al azul del mar), sino todos esos pequeños detalles de vida a nuestro alrededor. Nuestro guía, Andrés, señaló unos botes de pesca que se mecían cerca de la orilla y nos contó que la mayoría de la gente aquí desciende de quienes construyeron las murallas antiguas de Cartagena. Traté de imaginar esa historia mientras caminábamos por la zona más concurrida, siguiendo a Andrés hacia un tramo más tranquilo donde se escuchaban las olas en lugar de la música de los bares de playa. El aire olía a sal y a pescado frito — nada sofisticado, simplemente auténtico.
Normalmente no soy mucho de nadar, pero después de una hora bajo una de esas chozas de palma (aquí les llaman “chozas de palma”), no pude resistirme. El agua estaba clara y cálida — nada de choque al entrar — y cerca se oían risas de niños persiguiéndose con cubos de plástico. El almuerzo llegó en un plato de plástico: pescado frito, arroz con coco y plátanos. Traté de decir “mojarra” como Andrés; se rió de mi acento pero dijo que estaba bastante bien. Hay algo especial en comer mariscos justo donde los pescan, tal vez sea solo el hambre que da el sol.
El viaje desde Cartagena duró cerca de una hora, que pasó más rápido de lo que esperaba porque Andrés no paraba de señalar barrios y contar historias sobre las fábricas de Mamonal o cómo su abuela vendía frutas al borde del camino. Eso me hizo prestar atención de una forma que no habría logrado si hubiera ido solo o estuviera pegado al móvil. Cinco horas en Playa Blanca suenan mucho en papel, pero la verdad es que se pasaron volando entre nadar, observar a la gente y simplemente recostarme escuchando el viento mover las hojas de palma. A veces todavía recuerdo esa vista cuando estoy atrapado en el tráfico en casa.
El traslado de Cartagena a Playa Blanca dura aproximadamente 1 hora en vehículo.
Sí, durante tu tiempo en Playa Blanca se incluye un almuerzo típico de mariscos.
No, en la zona tranquila de Playa Blanca que visita el tour hay sillas y carpas disponibles.
Sí, un guía local bilingüe te acompaña durante todo el día.
Tendrás alrededor de cinco horas para relajarte, nadar o explorar en Playa Blanca.
Sí, es apta para todos los niveles físicos; los bebés deben ir en el regazo de un adulto durante el traslado.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de los puntos de recogida en Cartagena.
Tu día incluye recogida en Cartagena en vehículo con aire acondicionado y guía local bilingüe que te contará sobre los barrios en el camino; cinco horas en Playa Blanca con acceso a chozas de palma para sombra; uso de sillas para el sol; una bebida refrescante; y un almuerzo típico de mariscos antes de regresar cómodamente a la ciudad.
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