Pintarás el centro histórico de Cartagena desde una azotea privada en Getsemaní, disfrutando mimosas y bocados colombianos mientras aprendes técnicas fáciles con una anfitriona local. Conversación relajada, vistas increíbles y tu propia obra para llevar a casa, un recuerdo que podrás colgar.
¿Alguna vez has probado a pintar con una mimosa en una mano y la brisa del Castillo de San Felipe acariciando tu rostro? Yo tampoco, hasta que subimos a esa azotea en el tercer piso en Getsemaní. Las escaleras eran estrechas y, siendo sincero, me quedé sin aliento (no me juzgues), pero al salir, la vista era increíble: piedra antigua y techos entrelazados por doquier. Nuestra anfitriona, Camila, me entregó una copa de champán antes de que pudiera dejar la bolsa. Se rió cuando intenté pronunciar “patacones” — definitivamente no lo clavé.
Empezamos despacio, charlando alrededor de la mesa con dedos de fruta y queso (son peligrosamente buenos). Camila nos mostró cómo mezcla las pinturas para lograr esos colores vibrantes de Cartagena — los que ves en cada esquina. No soy artista, pero ella lo hizo parecer sencillo. Desde abajo llegaba música, ¿cumbia tal vez?— y el viento no paraba de jugar con las servilletas. Tenía las manos pegajosas por las empanadas, pero a nadie le importó; se sentía más como estar en casa de un amigo que en una clase.
Todavía recuerdo ese momento de silencio cuando todos nos concentramos en pintar. Se escuchaban bocinas lejanas y niños gritando en las callejuelas, pero allá arriba éramos solo nosotros, pinceles golpeando frascos de vidrio. Mi cuadro salió mejor de lo que esperaba — no para un museo, pero cada vez que lo veo casi puedo oler el aire de la azotea. No sé si fue por las mimosas o la vista, pero todo parecía más suave, más cálido.
Sí, no necesitas experiencia; la anfitriona te guía con técnicas sencillas para que cualquiera pueda participar.
En una azotea privada en el tercer piso del barrio Getsemaní, con vistas al Castillo de San Felipe.
Incluye dos copas de mimosa, agua, tres tipos de fruta fresca, empanadas, dedos de queso y queso colombiano fresco.
La experiencia completa dura alrededor de 2 horas y 30 minutos.
No incluye recogida en hotel, pero hay opciones de transporte público cerca.
Sí, bebés y niños pequeños son bienvenidos; se aceptan cochecitos.
Sí, crearás una obra de tamaño ideal para llevar como recuerdo.
Tu día incluye dos copas de mimosa (más agua), tres tipos de fruta fresca, dedos de queso, queso colombiano, empanadas para picar mientras pintas—todos los materiales de arte incluidos—y tiempo para relajarte en la azotea privada de Getsemaní antes de volver a las calles de Cartagena.
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