Camina por calles centenarias en la Ciudad Amurallada de Cartagena con un guía local que da vida a las historias, sube al Castillo San Felipe para vistas panorámicas, prueba snacks caribeños que seguro no sabías pronunciar (todavía), y si quieres, respira tranquilo en lo alto del Convento de la Popa. Risas, momentos auténticos con locales y color en cada esquina te esperan.
Jamás olvidaré esa sensación de frescura al salir del calor pegajoso de las calles de Cartagena y entrar bajo la sombra de esas viejas murallas de piedra. Nuestro guía, Camilo, nos llamó desde la Torre del Reloj con una sonrisa como si nos estuviera esperando desde temprano. Empezó con una historia sobre piratas (los llamó “corsarios”, que sonaba mucho mejor), y de repente me encontré más atento de lo que esperaba a las 9 de la mañana. Los colores de la ciudad — puertas turquesa, balcones amarillos desgastados — parecían brillar aún más después de eso.
Recorrimos Getsemaní, donde la música se escapaba por las ventanas abiertas y un señor mayor intentó vendernos agua de coco (cedí, estaba fría y dulce). Camilo nos señaló murales que de otro modo habría pasado por alto, detalles pequeños como un cangrejo pintado sobre una puerta o la ropa ondeando con la brisa. En el Castillo San Felipe, subir esas piedras irregulares bajo el sol me hizo entender por qué aquí la gente se mueve despacio. Mis piernas aún recuerdan esos escalones, pero la vista desde arriba valió cada paso. Se veía toda Cartagena extendida abajo — calles enredadas, el mar azul al fondo.
Elegí la versión larga de esta excursión para subir hasta el Convento de la Popa. El camino serpenteaba por una colina donde florecitas silvestres asomaban entre el concreto agrietado; allá arriba olía a polvo e incienso. Una monja me sonrió cuando casi me tropiezo (clásico). El almuerzo fue arepas rellenas de huevo — un poco desordenadas pero perfectas después de tanto caminar. En la Plaza Santo Domingo me senté un momento a observar a la gente pasar: vendedores gritando, niños persiguiendo palomas, el sol reflejándose en las piedras de la iglesia. No esperaba sentir tanto solo sentado ahí.
El tour dura 5 horas sin incluir el Convento de la Popa, o 6.5 horas si lo añades.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en la reserva.
Probarás arepas rellenas de huevo y agua fresca de coco como parte de la experiencia.
Sí, el recorrido incluye una caminata por Getsemaní.
Sí, solo elige el muelle del crucero como punto de recogida al reservar; ten en cuenta que esa opción no incluye el Convento de la Popa.
El tour incluye las entradas a todas las atracciones mencionadas.
Las caminatas son accesibles para la mayoría, aunque hay algunas escaleras en el Castillo San Felipe.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel (o puerto/aeropuerto si es necesario), paseos guiados por la Ciudad Amurallada y el barrio Getsemaní, entrada al Castillo San Felipe con historias incluidas, paradas en plazas e iglesias, agua fresca de coco y arepas rellenas de huevo para almorzar, y si quieres, el viaje hasta el Convento de la Popa para disfrutar de vistas panorámicas antes de volver a la calle.
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