Recorre en bici vintage las calles enredadas del casco antiguo de Shanghai con un guía local. Prueba comida callejera que aún no sabes pronunciar, visita un templo activo y comparte sonrisas con los vecinos. Sabores reales y pequeñas sorpresas, quizás hasta risas por los errores al hablar.
Antes de subirme a la bici, alguien me ofrece una taza de café caliente — un alivio total porque casi no dormí (jet lag). Las bicis son vintage, con ese encanto de lo usado, nada reluciente. Nuestro guía, Li, revisa los cascos y nos explica todo en inglés y mandarín. Hay una mezcla de frescura matutina y ese olor a masa frita que viene de algún puesto cercano — me hace rugir el estómago aunque estoy nervioso por el tráfico en Shanghai. Pero Li se ríe y dice: “Tranquilo, vamos despacio”.
Nos adentramos en las callejuelas del casco antiguo, donde las motos zumban y las abuelas barren las entradas con escobas de bambú. En una esquina, un hombre que vende tortitas de sésamo nos saluda como si conociera a Li (quizás sí). Paramos para un snack — algo masticable con cebolla de verdeo que todavía no sé pronunciar bien. Li intenta enseñarme pero se rinde después de mi tercer intento; terminamos riéndonos. Aquí la ciudad suena diferente: menos bocinas, más voces rebotando en las paredes de ladrillo. Hay incienso en el aire al acercarnos al templo.
No esperaba sentir tanta calma dentro del patio del templo — un canto suave detrás de una pantalla, faroles rojos moviéndose sobre nosotros. Li nos cuenta algunos rituales budistas mientras una anciana enciende velas sin levantar la vista. No es un show, simplemente estamos ahí. Luego pedaleamos por lo que Li llama “la parte más auténtica” del casco antiguo de Shanghai — puertas con pintura desgastada, ropa tendida en los callejones como banderas. Mis manos están pegajosas del último snack, pero ya ni me importa.
El tour dura medio día.
Sí, incluye degustación de comida local durante el recorrido.
Sí, todos los participantes reciben casco.
Se sirve café recién hecho antes de comenzar a pedalear.
Los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; hay asientos para bebés disponibles.
El tour es adecuado para todos los niveles de condición física.
Se usan bicicletas vintage; para tours privados con niños hay opción de e-bikes.
Sí, se visita un templo budista o taoísta durante el recorrido.
Tu día incluye café recién hecho al inicio, uso de bicicleta vintage con casco y agua embotellada que te dará el guía. Disfrutarás de degustaciones de comida local y tendrás tiempo para explorar templos y barrios tradicionales antes de regresar juntos al punto de partida.
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