Sube el volcán más activo de Chile con un guía local desde Pucón, cruza pendientes nevadas con crampones, mira dentro de un cráter humeante y baja en trineo. Incluye equipo, snacks al final y relatos que te acompañarán mucho después de dejar Villarrica atrás.
Empezamos a movernos antes del amanecer, subiendo al van medio dormidos, con las botas golpeando el suelo. El camino fuera de Pucón fue tranquilo, salvo por nuestro guía, Nico, que no paraba de contar historias sobre el volcán — cómo siempre está vivo, nunca en silencio total. Recuerdo bajar la ventana solo para respirar ese aire mezclado de pino y un leve olor a azufre cuando entramos en las faldas bajas del Villarrica. Hay una emoción rara cuando ves la línea de nieve acercándose, como si estuvieras entrando en otro mundo.
Subir el Volcán Villarrica no es lo que imaginaba — no se trata de velocidad sino de ritmo. Nico me enseñó a usar los crampones sin tropezar (aunque yo igual lo hice), y en un momento nos detuvimos solo para escuchar: silencio absoluto salvo por el viento que movía nuestras chaquetas. El cráter en sí es increíble — abierto, humeante, con esos olores químicos que pican un poco la nariz. Alguien preguntó si se podía ver magma; Nico sonrió y dijo “a veces,” pero ese día solo había un resplandor rojo que se movía allá abajo. Me sigue poniendo la piel de gallina solo de pensarlo.
¿La bajada? Ahí fue cuando la cosa se puso divertida. Nos pusimos unos trineos — básicamente bandejas de plástico — y nos lanzamos por enormes tramos de nieve, gritando como niños. Mis guantes quedaron empapados pero no me importó; las risas rebotaban en el hielo y me olvidé de lo cansadas que estaban mis piernas. Al llegar abajo, Nico repartió cervezas (y refrescos para quien quiso) mientras nos quitábamos capas y comparábamos moretones. Ah, y también sacan fotos, lo cual fue un alivio porque mi batería murió a mitad de camino.
La subida y bajada toman todo el día; considera varias horas para escalar, tiempo en la cima y el descenso en trineo.
Sí, se proporciona todo el equipo necesario: botas, crampones, casco, piolet, guantes, mochila, máscara de gas y trineos para el descenso.
No es necesaria experiencia previa; los guías ayudan tanto a principiantes como a montañistas experimentados durante la subida.
Según la actividad volcánica y el clima, es posible ver magma o un resplandor rojo dentro del cráter abierto.
Si hay suficiente nieve en las laderas durante tu visita, descenderás parte o todo el camino usando los trineos que proporciona el guía.
Tu día incluye transporte privado desde Pucón hasta el Volcán Villarrica con guías certificados en todo momento; todo el equipo de montaña como botas, crampones, casco y máscara de gas; entradas; seguro de accidentes; además de fotos y videos durante la aventura. Después de la subida y la divertida bajada en trineo (si las condiciones lo permiten), podrás relajarte con cervezas o refrescos y snacks antes de regresar.
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