Recorre las calles de ladrillo de Gastown probando huevos escoceses calientes, sushi fresco preparado por chefs locales, barras de chocolate, y más, todo en un grupo pequeño con una guía que conoce cada atajo y historia. Prepárate para reír (y quizá mojarte un poco) mientras descubres por qué la comida es el alma de Vancouver.
Nunca imaginé que Vancouver oliera a mar y pan recién horneado al mismo tiempo, pero así fue cuando nos encontramos con nuestra guía cerca de Gastown. Nos llamó con una sonrisa fácil y empezó sin rodeos: “Vamos antes de que nos agarre la lluvia.” Primero entramos a probar huevos escoceses (solo los había probado en pubs), y ella nos contó que la receta tenía un toque especial de una de las familias británicas antiguas de la ciudad. La yema estaba tibia y cremosa, algo que me sorprendió porque siempre pensé que serían gomosas. Había un toque de curry que no lograba identificar. Al preguntar, alguien detrás del mostrador me guiñó un ojo pero no dijo nada.
Caminamos junto al reloj de vapor —más ruidoso de lo que esperaba— y ella señaló detalles en los ladrillos que casi nadie nota. El aire olía a cedro mojado y a café espresso que venía de algún lugar cercano. Luego llegó el sushi (la razón principal por la que reservé este tour en Vancouver). El chef nos sirvió personalmente en platitos pequeños —casi no habló, pero asintió cuando le agradecí en japonés. El pescado estaba tan frío y fresco que casi me dolían los dientes. Nuestra guía nos contó que Vancouver tiene más restaurantes de sushi por habitante que Tokio —no me lo tomes al pie de la letra, pero se sentía cierto mientras caminábamos.
Después probamos un sándwich de cerdo que me goteó hasta la muñeca (vale totalmente la pena), y un postre que sabía a jarabe de arce y avena tostada. Entre bocados, paramos frente a la antorcha olímpica —no me di cuenta de lo enorme que es hasta que estuve justo debajo. Se escuchaban risas de otro grupo; alguien dejó caer su chocolate en el suelo y solo se encogió de hombros —muy al estilo Vancouver, pensé.
Todavía recuerdo esa caminata tranquila de regreso por Gastown al caer el atardecer —luces que se encendían sobre los escaparates, nuestra guía contándonos de sus cafés favoritos para días lluviosos. No era un día perfecto, pero eso lo hizo aún mejor. Hay algo especial en recorrer una ciudad comiendo mientras tus zapatos se mojan un poco y estás justo en ese punto donde quieres probar un bocado más de lo que venga...
Este tour incluye seis degustaciones diferentes: sushi, chocolate, huevos escoceses, tacos, barras de postre, sándwiches de cerdo y un platillo secreto.
Es recomendable contactar al proveedor antes para hablar de tus necesidades dietéticas; intentan adaptarse cuando es posible.
No incluye entradas pagadas; visitarás lugares como el reloj de vapor y la antorcha olímpica durante el recorrido a pie.
Se camina bastante por el centro de Vancouver; se recomienda llevar calzado cómodo.
Lo principal son las degustaciones de comida; las bebidas pueden no estar incluidas salvo que se especifique en cada parada.
El punto de encuentro es cerca de Gastown, en el centro de Vancouver; los detalles exactos se proporcionan tras reservar.
El tour se realiza con lluvia o sol; lleva paraguas o impermeable por si acaso —¡es Vancouver!
Sí, hay opciones de transporte público cerca del punto de inicio.
Tu día incluye seis degustaciones: huevos escoceses con especias, sushi gourmet de chefs locales, tacos callejeros de pollo, barras de postre artesanales, sándwiches de cerdo cocido lentamente y un platillo secreto, todo guiado por un experto local mientras recorres Gastown y visitas puntos clave como el reloj de vapor y la antorcha olímpica, terminando con el estómago bien contento.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?