Entra al Fairmont Le Château Frontenac de Quebec acompañado por un guía local que comparte historias reales y secretos detrás de sus famosos pasillos. Escucha ecos de historia donde se reunieron líderes mundiales, toca maderas centenarias y disfruta vistas al río desde la terraza Dufferin. No es solo información, es sentir cómo el lugar cobra vida a tu alrededor.
Lo primero que noté al estar en la terraza Dufferin fue el viento que venía del río San Lorenzo — fresco, casi salado, aunque apenas era media mañana. Nuestra guía, Marie, nos llamó con una gran sonrisa y empezó a contarnos historias antes de entrar siquiera al Fairmont Le Château Frontenac. Iba cambiando entre francés e inglés para que todos pudiéramos seguirla (intenté entender en francés pero después de dos frases me rendí — el quebequense es otro nivel). La piedra bajo mis pies estaba fría y lisa; pensé en cuántas personas habrían caminado por ahí antes que yo.
Dentro del hotel, todo cambia. Hay un aroma cálido a madera — pisos antiguos, barandales pulidos — y la luz es más suave de lo que uno imagina. Marie señaló el lugar donde Churchill y Roosevelt se reunieron durante la Segunda Guerra Mundial; tenía esa forma de contar que parecía que en cualquier momento aparecerían por la esquina. Me sorprendí pasando la mano por un pasamanos tallado, parecía sacado de una película. En un momento, un botones nos saludó con un guiño cuando Marie bromeó sobre “fantasmas en los pasillos.” No sé si estaba en la broma o solo se sumó al juego.
No esperaba engancharme tanto con los detalles — cosas pequeñas como el crujido de una puerta o cómo la gente parece detenerse al pasar frente a ciertos retratos. El tour no es largo (alrededor de una hora), pero terminas viendo rincones que nunca notarías si lo hicieras por tu cuenta. Y sí, funciona llueva o truene; tuvimos suerte con buen tiempo, pero creo que hasta una tormenta le daría un toque especial. Aún recuerdo esa vista desde la terraza — sinceramente, si te interesa la historia de Quebec o simplemente quieres sentirte parte de algo antiguo por un rato, vale totalmente la pena.
Sí, el tour es completamente accesible para sillas de ruedas.
Sí, los tours se hacen todos los días del año, llueva o truene.
El tour dura aproximadamente una hora.
El punto de encuentro es en la terraza Dufferin con vista al río San Lorenzo.
Sí, los niños son bienvenidos pero deben ir acompañados por un adulto.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito durante el tour.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este tour.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del punto de encuentro.
Tu experiencia incluye todos los impuestos y la entrada al Fairmont Le Château Frontenac, además de la guía de un experto local que te llevará por los pasillos históricos—llueva o truene—con facilidades para cochecitos, sillas de ruedas y animales de servicio.
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