Deslízate tranquilo por el río Bow en Banff en una gran canoa con un guía local que dirige tanto los remos como las historias. Aprende a remar en equipo, observa animales como garzas o castores y termina con refrescos ligeros en la orilla. Es relajado y sorprendentemente cercano — casi olvidas que estás a minutos del centro.
Lo primero que recuerdo es el silencio — solo el suave chapoteo del agua contra el casco, los árboles inclinándose sobre nosotros y el río Bow tan tranquilo que parecía irreal. Nos habíamos encontrado en el Banff Canoe Club, bastante cerca del centro, donde aún se olía el aroma del café (juro que lo percibí). Nuestra guía, Jamie, repartió chalecos salvavidas y remos mientras bromeaba diciendo que “nadie se había caído esta semana”. Hacía fresco, pero no frío — de esos días en que llevas la chaqueta cerrada pero las manos se calientan con el remo.
Confieso que me daba un poco de miedo remar al ritmo de diez desconocidos. Pero resultó más un baile en grupo que una competición olímpica. Jamie nos enseñó a sumergir los remos al mismo tiempo (“imaginen que están revolviendo sopa”, dijo), y así empezamos a remar río arriba. Los árboles comenzaban a dorarse en las orillas. En un momento, Jamie señaló una madriguera de castores escondida bajo unas ramas de sauce — yo jamás la habría visto por mi cuenta. Hubo un instante en que todos dejamos de hablar, solo por unos segundos, porque un garza despegó justo a nuestro lado. Se escuchaba el batir de sus alas por encima del ruido del río.
Después de una hora, más o menos (el tiempo se vuelve raro ahí fuera), nos dejamos llevar río abajo, y Jamie seguía contando pequeñas historias — al parecer, la gente ha navegado estas aguas por siglos, aunque no en canoas tan grandes. Alguien preguntó si veríamos osos; Jamie sonrió y dijo que suelen quedarse en zonas más tranquilas, a menos que alguien lleve snacks. Tenía una forma de relajar a todos — incluso a los niños que no paraban de pedir si podían manejar la canoa (no podían). El paseo terminó con unos refrescos en la orilla; nada sofisticado, pero después de tanto aire fresco, hasta el jugo sabe mejor.
No esperaba sentirme tan conectado — no solo con el río o con Banff, sino con ese grupo de personas compartiendo una canoa por una hora. A veces todavía recuerdo a esa garza cuando el ruido vuelve a casa.
El recorrido dura aproximadamente una hora por el río Bow.
No, no se requiere experiencia; el guía te enseñará a remar en equipo.
El tour empieza en el Banff Canoe Club, a unos cinco minutos caminando del centro de Banff.
Sí, es ideal para niños y familias; no se necesitan habilidades previas para remar.
Sí, al final del paseo se ofrecen refrescos ligeros.
Sí, todos reciben chalecos salvavidas y remos.
Bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito durante la actividad.
Es posible avistar animales como aves o castores en las orillas del río.
Tu día incluye todo el equipo de seguridad como chalecos y remos, además de instrucciones del guía local antes de salir juntos al río Bow. Al terminar, disfruta de refrescos ligeros antes de regresar al pueblo — no necesitas experiencia previa.
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