Si quieres pisar el punto más alto de Cabo Verde y sentir esa sensación salvaje de logro (y algo de ceniza volcánica en tus calcetines), esta caminata guiada al Pico do Fogo es para ti. Tendrás consejos locales, guía segura y recuerdos que perduran mucho después de que tus piernas se recuperen.
Antes de que saliera el sol, mis piernas ya empezaban a sentir el esfuerzo mientras partíamos desde Chã das Caldeiras, con las linternas iluminando el aire fresco de la mañana. Nuestro guía, Manuel —nacido y criado aquí mismo en Fogo— marcaba un ritmo constante, deteniéndose de vez en cuando para señalar pequeñas flores silvestres que asomaban entre la tierra volcánica negra. El suelo bajo nuestros pies era arenoso, casi elástico en algunos tramos, y de vez en cuando se percibía un leve olor a azufre que subía desde las profundidades.
La subida no es sencilla —la verdad, hubo momentos en que mis gemelos pedían un respiro— pero esas pausas frecuentes hicieron toda la diferencia. Nos deteníamos a beber agua y a disfrutar del paisaje: interminables campos de lava antigua, casitas de piedra allá abajo, y a veces el lejano balido de cabras resonando en las laderas. Tras unas tres horas (más o menos según tu ritmo), llegamos a la cima. Parados a 2829 metros, con el cráter justo al lado —silencioso pero lleno de vida— se siente una mezcla extraña de cansancio y pura felicidad. El viento arriba es cortante; me abroché bien la chaqueta mientras tomaba fotos que sabía que nunca captarían esa sensación.
¿La bajada? Eso es otra historia. Correr sobre la ceniza volcánica suave es casi un juego —como deslizarse por una duna gigante— y todos en el grupo acabamos riendo al menos una vez cuando se nos llenaron los zapatos de polvo negro. Si te alojas en São Filipe, ellos se encargan del traslado; si ya estás en Chã das Caldeiras, unirte es aún más fácil. Solo prepárate para madrugar y lleva más agua de la que crees que vas a necesitar —el sol pega fuerte a media mañana.
La subida es exigente y recomendada para personas en buena forma acostumbradas a senderos empinados. Calcula entre 3 y 4 horas para subir y 1 o 2 para bajar, con descansos regulares.
¡Sí! Si te quedas en São Filipe, el traslado a Chã das Caldeiras está incluido ida y vuelta. Si ya estás en Chã das Caldeiras, puedes unirte directamente desde ahí.
Lleva zapatos resistentes (se llenarán de polvo), mucha agua, snacks, protección solar, una chaqueta ligera para la cima y tu cámara.
No se recomienda para personas con problemas de espalda, cardíacos o embarazadas. Se requiere buena condición física para esta aventura.
Caminarás con un guía local experto que conoce cada rincón del Pico do Fogo. Si necesitas, hay traslados desde São Filipe. Se incluye toda la información de seguridad; solo trae energía y ganas de explorar.
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