Recorre las calles empedradas del Casco Antiguo de Plovdiv con un guía local que hace que la historia cobre vida, detente en el Teatro Romano donde aún resuenan ecos, y disfruta de tiempo libre para almorzar o pasear por la calle peatonal más larga de Europa antes de regresar a Sofía. Prepárate para sorpresas pequeñas — gente amable, vistas inesperadas — que se quedan contigo mucho tiempo.
Lo primero que noté fue el sonido de nuestros pasos sobre las piedras viejas — ese eco desigual mientras seguíamos a nuestra guía por una calle estrecha del Casco Antiguo de Plovdiv. En bus son apenas dos horas desde Sofía, pero parecía que habíamos llegado a un lugar mucho más antiguo. El aire olía ligeramente a tilo y a pintura fresca de alguna ventana cercana. María, nuestra guía, señaló un león tallado sobre una puerta y nos contó una historia sobre reyes tracios — sólo alcancé a entender la mitad porque me distrajo un gato callejero que se colaba entre nuestros pies.
Paramos en el Teatro Romano, que honestamente parece casi demasiado perfecto para ser real. María nos contó que aún se hacen conciertos ahí; traté de imaginar sentarme mientras el sol se ponía detrás de esas columnas milenarias. La ciudad es un mosaico de épocas — pasas junto a una casa azul del siglo XIX y de repente aparece un tramo de muro romano justo al lado. La palabra clave aquí es “excursión a Plovdiv desde Sofía”, pero no se trataba sólo de visitar lugares. Hubo un momento en que un anciano que vendía postales me sonrió y me dijo algo en búlgaro — yo sólo le devolví la sonrisa y asentí porque mi búlgaro es pésimo.
Después de la parte guiada (unas dos horas), tuvimos tiempo libre. Me perdí por la calle peatonal — dicen que es la más larga de Europa, aunque yo no la medí — y terminé comiendo banitsa en una panadería pequeña. El pastelito estaba tibio, crujiente y salado de una forma reconfortante. Una señora local se rió al verme batallar con las monedas; me ayudó a contarlas sin hacerme sentir torpe. Había niños jugando ajedrez en un banco de piedra y adolescentes practicando pasos de baile cerca de un graffiti. Todo se sentía auténtico, nada preparado para turistas.
Todavía recuerdo esa vista desde la colina Nebet Tepe — los tejados extendiéndose bajo la luz dorada del atardecer, el brillo suave sobre las tejas rojas. Volvimos a la furgoneta cerca de las 3:30 pm (María hizo un recuento rápido; siempre alguien se despista). En el camino de regreso a Sofía, mis pies estaban cansados pero la cabeza me zumbaba con todos esos pequeños momentos que no se pueden planear. Así que sí — si piensas hacer una excursión de un día a Plovdiv desde Sofía con guía local, ponte zapatos cómodos y no pierdas de vista a los gatos.
La duración total es entre 8.5 y 10 horas incluyendo el viaje.
No, la recogida es en el Monumento a Vasil Levski en el centro de Sofía.
Tendrás alrededor de dos horas libres después del tour guiado.
Visitarás el Casco Antiguo de Plovdiv, el Teatro y Estadio Romano, caminarás por la calle peatonal más larga de Europa y explorarás casas de la época del Renacimiento búlgaro.
No, el almuerzo no está incluido; tendrás tiempo libre para comer donde prefieras en Plovdiv.
El terreno puede ser irregular; se recomiendan zapatos cómodos para caminar, pero es apto para todos los niveles de forma física.
Sí, solo avisa si llevas un bebé (0-2 años) para que preparen un asiento especial.
El regreso está previsto entre las 5:20 pm y las 6:00 pm, según el tráfico.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde el centro de Sofía en furgoneta o bus (con encuentro en el Monumento a Vasil Levski), un conductor o guía de habla inglesa según tu opción, un tour guiado de dos horas por el corazón histórico de Plovdiv con paradas en lugares clave como el Teatro Romano y las calles del Casco Antiguo, más unas dos horas libres para almorzar o explorar antes de regresar juntos por la tarde.
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