Vas a llegar a Río cansado y quizá un poco perdido, pero con tu traslado privado olvídate de filas de taxis o estrés por el idioma: un conductor local te espera, listo para ayudarte con las maletas y compartir historias en el camino. Disfruta del aire acondicionado hasta Buzios, espacio de sobra para niños o mascotas, y llega sintiéndote cuidado, no agotado por el viaje.
Es una sensación rara salir del aeropuerto Galeão — el aire huele a combustible y lluvia, pero ahí está un tipo con un cartel con mi nombre. No esperaba que eso se sintiera tan… oficial. Él sonrió, agitó el cartel y me ayudó con la maleta antes de que pudiera balbucear una palabra en portugués. El coche estaba impecable (de verdad, olía a limón) y tenía mucho más espacio del que imaginaba para todo nuestro equipaje. Mi amiga Ana no paraba de bromear diciendo que al final sí podíamos haber traído su tabla de surf.
El viaje de Río a Buzios dura más de lo que crees — casi tres horas si la suerte está de nuestro lado — pero nuestro conductor (André) conocía todos los atajos para evitar los embotellamientos de Niterói. Nos contó dónde van los locales a comer feijoada los domingos, y eso me abrió el apetito aunque apenas eran las 10 de la mañana. En un momento preguntó si queríamos música o silencio; terminamos intercambiando playlists un rato. Fue un detalle pequeño, pero hizo que el viaje se sintiera menos como un traslado cualquiera y más como ir con alguien que realmente conoce el lugar.
Seguí mirando el paisaje cambiar por la ventana: los bloques de la ciudad se iban convirtiendo en colinas verdes, hasta que de repente llegó esa brisa salada del Atlántico al acercarnos a Buzios. Hubo un instante en que el sol iluminó el tablero justo en el momento perfecto y todo pareció suspendido — ni aquí ni allá todavía. A veces vuelvo a pensar en esa vista cuando escucho ciertas canciones de ese viaje. Al final, André nos dejó justo en la puerta de nuestra pousada (insistió en ayudar con las maletas otra vez), y la verdad, no tener que regatear con taxistas o descifrar buses después de un vuelo largo… valió totalmente la pena.
El viaje suele durar unas tres horas, dependiendo del tráfico.
Sí, puedes elegir que te recojan en el aeropuerto o en tu hotel en Río.
Sí, hay espacio para equipaje, mascotas, niños e incluso sillas de bebé si las necesitas.
No, es un traslado privado solo para ti y tu grupo, sin extraños en el vehículo.
Sí, los vehículos son accesibles para sillas de ruedas para que todos viajen cómodos.
Solo debes mostrar tu comprobante de servicio para que el conductor te identifique al recogerte.
El conductor habla portugués; su inglés es limitado, pero la comunicación es amable y clara.
Tu día incluye transporte privado en vehículo con aire acondicionado y espacio para equipaje o cochecitos, recogida directa en el lugar que elijas en Río (aeropuerto o hotel), seguro de viaje durante todo el trayecto y la ayuda de tu conductor local hasta la puerta de tu alojamiento en Buzios.
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