Viaja en jeep 4x4 por la selva atlántica de Paraty, nada en pozas naturales bajo las cascadas Pedra Branca y Tobogã, prueba cachaça artesanal en una destilería activa y relájate con un almuerzo junto a la cascada Tarzán. Risas y sorpresas naturales garantizadas.
Lo primero que noté fue cómo el aire en Paraty se siente cargado de verde — como si respirar hojas fuera posible. Avanzamos por el antiguo Camino del Oro en un robusto jeep, con las ventanas abajo, solo se escuchaban pájaros, el roce de las ramas y nuestro guía Jango tarareando una canción que no reconocí. Nos mostró dónde pasaban las caravanas de oro (difícil imaginarlo ahora con tanto bosque cubriendo las piedras). La primera cascada en la Fazenda Pedra Branca — agua fría sobre rocas lisas, musgo por todos lados y ese olor a tierra mojada que aparece después de la lluvia, aunque no hubiera llovido. Me metí la cabeza bajo el agua y, la verdad, sentí un choque que me congeló el cerebro un segundo, pero me despertó al instante.
Después de secarme (bueno, más bien de intentar secarme — la camisa se me pegó todo el rato), paramos en un pequeño alambique para probar cachaça. El dueño nos contó todo sobre cómo hacen las famosas cachaças de Paraty — plata, oro y la Gabriela con clavo y canela. Intenté decir “Gabriela” con el acento correcto y me terminaron riendo (justo). La degustación no era broma; los sorbos pequeños quemaban un poco, pero luego dejaban un calor dulce. También había bandejas con dulces hechos con frutas locales — ¿jabuticaba? No estoy seguro si lo dije bien. Tenía un sabor morado, si eso tiene sentido.
La siguiente parada fue la cascada Tobogã — la gente se deslizaba por esta roca larga como si nada. Jango dijo que los locales hacen competencias aquí, pero yo me rajé después de ver a un tipo caer espectacularmente (estaba bien, solo mojado y riendo). Almorzamos en un lugar de madera justo al lado de la cascada Tarzán. Se escuchaba el agua caer mientras comíamos moqueca tan fresca que se me empañaron las gafas. Nos quedamos más tiempo del planeado porque nadie quería dejar ese sonido ni la sombra.
Sigo pensando en ese choque frío bajo Pedra Branca y en cómo todos en el tour parecían más livianos al final — quizás fue la cachaça o simplemente estar ahí juntos. Si quieres conocer las cascadas de Paraty sin prisas (y quizá mejorar tu pronunciación), este es el plan.
El tour dura unas 6 horas desde el traslado hasta el regreso.
No, el almuerzo no está incluido, pero hay una parada en el restaurante de Tarzán donde puedes pedir comida.
Sí, puedes nadar en las cascadas Pedra Branca y Tobogã durante las paradas.
Visitas una destilería auténtica para probar varios tipos de cachaça local, incluyendo la Gabriela con clavo y canela, con guía experto.
El tour incluye transporte privado, pero revisa si tu hotel está dentro del área de recogida al reservar.
Sí, los niños pueden unirse, pero los bebés deben ir en el regazo de un adulto durante el transporte.
El tour implica caminar por terrenos irregulares y algo de subida cerca de las cascadas; no es ideal para personas con movilidad limitada o problemas cardiovasculares.
Tu día incluye transporte privado en jeep por senderos históricos de Paraty, visitas guiadas a dos complejos de cascadas (Fazenda Pedra Branca y Tobogã), entrada a una destilería artesanal para degustar cachaça y dulces, además de tiempo para nadar o relajarte antes de volver al pueblo al final de la tarde.
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