Viaja de Fortaleza a Jericoacoara con recogida en hotel, asientos cómodos, aire acondicionado y un guía local que comparte consejos durante el camino. Harás paradas para snacks y anécdotas antes de llegar directo a tu alojamiento en el pueblo. Es simple pero inolvidable — sobre todo cuando sientes esa primera brisa salada de las dunas.
Lo primero que recuerdo es el suave ruido de las maletas al amanecer en Fortaleza — todos medio dormidos, parpadeando con la luz azul tenue. Nuestro conductor ya esperaba afuera del hotel, recostado en la van con una sonrisa tranquila, como si lo hiciera mil veces. Los asientos eran más cómodos de lo que esperaba (soy exigente con eso), y la verdad, me quedé dormido antes de salir de la ciudad. En algún punto cerca de Sobral, desperté con una playlist sonando bajito — ¿bossa nova, tal vez? — y las ventanas se empañaron justo lo suficiente para difuminar la arena y los arbustos interminables.
Paramos a tomar café en un lugar a la orilla del camino donde el aire olía a masa frita y azúcar fuerte. Nuestro guía, Pedro, señaló unos cactus raros (los llamó “mandacaru”, que seguro pronuncié mal). No paraba de contar pequeñas historias sobre la vida en Jericoacoara — cómo la gente todavía monta a caballo los domingos o cómo puedes ver a los kitesurfistas desde lejos si sabes dónde mirar. Me dieron ganas de escuchar en vez de estar pegado al móvil. La entrada a Jericoacoara se sintió casi irreal; arena por todos lados, sin carreteras reales, solo senderos arenosos que serpentean entre dunas. La van se movía un poco al cruzar el pueblo — alguien bromeó diciendo que parecía un paseo en barco.
Bajarnos justo en mi pousada fue un alivio porque cargar maletas por la arena no es cualquier cosa. Soplababa un viento salado del mar y los niños corrían descalzos mientras descargábamos. Pedro nos dio los últimos consejos (“¡no te pierdas la puesta en la duna!”) antes de despedirse con una mano. Al volver a Fortaleza días después, me di cuenta de lo tranquilo que me sentía después de tanto sol y viento — no sé si fue el viaje o la magia de Jericoacoara.
Sí, incluye recogida en tu hotel o pousada en Fortaleza.
Sí, te dejan directamente en tu pousada o hotel en Jericoacoara.
Se usa un bus, minibús o van con aire acondicionado según el tamaño del grupo.
Sí, un guía local te acompaña para darte apoyo y consejos sobre Jericoacoara.
Sí, los bebés pueden viajar pero deben ir en el regazo de un adulto o en cochecito.
Los traslados salen todos los días desde Fortaleza hacia Jericoacoara.
Sí, el traslado es apto para cualquier nivel de condición física.
Tu viaje incluye transporte ida y vuelta entre Fortaleza y Jericoacoara en vehículo con aire acondicionado y asientos reclinables, recogida y regreso en hotel o pousada, acompañamiento de un experto local que te brinda apoyo y recomendaciones, además de acceso a zonas protegidas gracias a un cuidador que facilita la entrada al pueblo.
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