Recorre la costa salvaje de Zimbros en Bombinhas en barco con guía local, parando en diez playas casi vacías y caminando por el bosque hasta una cascada fría donde podrás nadar. Prueba ostras frescas directo de la granja y visita un antiguo taller lítico antes de refrescarte en piscinas naturales. Hay risas, silencios y, probablemente, zapatos embarrados.
“Cuando las ostras son frescas, se nota en el silencio”, bromeó nuestro capitán mientras pasábamos flotando junto a la primera granja de ostras en Zimbros. Nunca había pensado que el silencio fuera señal de buena comida, pero tenía razón: cuando las probamos después, nadie dijo una palabra en un buen rato. El aire olía a sal y a verde, como soga mojada y madera calentada por el sol. Salimos temprano desde Bombinhas, cuando aún hacía fresco y la camiseta solo se me pegó a la espalda después de pasar la Praia do Cardoso y cuando el sol empezó a apretar de verdad.
Ver diez playas desiertas en una sola mañana te hace perder la cuenta de los nombres: Basílio, Lagoa, Casqueiro… No paraba de preguntarle a nuestra guía Li en cuál estábamos ahora (ella solo sonreía y señalaba su mapa). Cada playa tenía su propio aire: algunas con arena tan fina como harina, otras llenas de piedritas que hacían sonar mis ojotas de forma ridícula. En Praia Triste dejamos el barco y nos metimos en el bosque — setecientos metros no parecen mucho hasta que estás trepando raíces y cuidando de no resbalarte en hojas mojadas. La cascada no era enorme, pero el agua estaba tan fría que me espabiló al instante. Igual me animé a meter la cabeza.
La parada en el taller lítico fue una sorpresa: herramientas de piedra antiguas sobre las mesas y un local explicando (casi todo en portugués) cómo las hacían hace siglos. Entendí la mitad, pero Li nos traducía lo más importante; se reía cuando intentaba pronunciar “lítica” bien. Después, el chapuzón en las piscinas naturales se sintió merecido: agua transparente como vidrio, pececitos nadando entre los pies.
Me quedo con esos ratos de silencio entre playas, solo el motor y el viento en los oídos. No es una belleza de postal, sino algo más auténtico, con bordes rústicos. El capitán saludaba a otros barcos de vez en cuando; a veces nos devolvían el saludo, otras solo nos miraban pasar. Me gustó que nadie tenía prisa.
El tour recorre 10 playas desiertas a lo largo de la costa de Zimbros, cerca de Bombinhas.
Sí, hay un sendero de 700 metros de dificultad media por el bosque que lleva a una cascada en Praia Triste.
No, por seguridad no se permite el acceso a niños menores de 5 años en el sendero a la cascada.
Incluye fotos tomadas por el staff, visitas guiadas a granjas de ostras y mariscos, acceso al sendero de la cascada, entrada al taller lítico y paradas para nadar.
El sendero es de dificultad media, con raíces y terreno irregular; se requiere condición física moderada.
No se incluye almuerzo, pero sí degustaciones en las granjas de ostras; puedes llevar snacks si lo deseas.
No se recomienda para personas mayores o con movilidad reducida, ya que hay caminatas y terreno irregular.
Tu día incluye navegación guiada en barco por diez playas desiertas cerca de Zimbros, paradas para nadar en piscinas naturales, degustación en granjas locales de ostras y mariscos, entrada a un taller lítico histórico en Bombinhas, todas las fotos tomadas por el staff y tiempo para caminar y bañarte bajo una cascada fresca en el bosque antes de regresar en barco.
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