Probarás al menos nueve chocolates diferentes en el centro de Gante, conocerás a artesanos locales en sus talleres, escucharás leyendas curiosas de tu guía y recorrerás calles históricas entre paradas. Prepárate para risas por pronunciaciones fallidas y momentos donde el aroma a cacao se queda contigo mucho después de terminar — es más que un simple paseo para los amantes del dulce.
Antes de darme cuenta de que ya habíamos empezado, alguien me ofrece un pequeño cuadrado de chocolate negro con un leve aroma a naranja, como esas cáscaras que encuentras en los mercados navideños. Nuestro guía, Charlie (que es de aquí), sonríe y nos dice que lo dejemos derretir despacio. Intento hacerlo, pero termino mordiendo. La tienda huele a cacao tostado y a algo floral que no logro identificar. Detrás del mostrador, una mujer asiente cuando le pregunto si ella misma hizo esos chocolates — “Cada mañana”, responde, con las manos cubiertas de polvo de cacao.
Recorremos las calles antiguas de Gante, parando en lugares que por fuera no parecen nada especial, pero que lucen premios en sus vitrinas. En uno de ellos, echamos un vistazo a un taller donde dos chicos están vertiendo chocolate brillante en moldes — nos invitan a acercarnos. El ambiente está lleno de risas y el tintinear de bandejas. Charlie nos cuenta cómo llegaron las pralines aquí (no sabía que Bélgica tenía tantas variedades), y nos relata una historia sobre una receta perdida que asegura es cierta. No sé si será verdad, pero me encanta cómo la cuenta.
Perdí la cuenta después de la sexta degustación — hubo una rellena de crema de avellanas que casi me hace olvidar escuchar la siguiente historia. Alguien del grupo intenta pronunciar “neuzeke” (esos pequeños caramelos en forma de cono) y lo dice fatal; todos nos reímos, incluso el chocolatero. El clima afuera cambia entre llovizna y sol, así que a veces nos refugiamos bajo los toldos para saborear los dulces, y otras caminamos por plazas abiertas con los dedos pegajosos.
Al final, mi bolsa está llena de envoltorios y mi cabeza un poco mareada por el azúcar y las historias. Hay algo especial en descubrir estos lugares con alguien que conoce cada atajo y leyenda — hace que Gante se sienta más pequeño y acogedor. Todavía recuerdo ese primer bocado de chocolate con naranja cada vez que paso frente a una pastelería.
El tour incluye al menos 9 degustaciones diferentes de chocolate.
Sí, un guía local y entretenido acompaña el recorrido por Gante.
El tour se lleva a cabo en el centro de la ciudad de Gante.
Sí, hay transporte público disponible cerca del punto de encuentro.
Sí, se permiten animales de servicio durante el tour.
El tour es apto para todos los niveles de condición física.
Tu día incluye visitas guiadas a varios de los mejores chocolateros en el centro de Gante, con al menos nueve chocolates y dulces locales para probar en el camino — todo acompañado por un guía local que comparte historias mientras avanzas.
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