Vive historias reales contadas por un local mientras recorres las calles medievales de Gante: castillos, arte urbano, secretos junto al río y catedrales legendarias en un solo paseo fácil.
Desde el primer momento, escucharás la voz de Giel en tu oído—él creció aquí y se nota. Los adoquines bajo tus pies están un poco irregulares cerca del Castillo Gravensteen, pero eso solo hace que te sientas como si viajaras en el tiempo. Giel no se limita a dar datos; cuenta historias sobre objetos voladores (sí, en serio—¡cuidado!) y chistes que te hacen mirar dos veces esas viejas paredes de piedra. Si te gustan los castillos, te recomiendo comprar la entrada en la puerta—vale la pena ver esas gruesas puertas de cerca.
Luego nos adentramos en la calle Werregarenstraatje. No es cualquier callejón; está cubierto de graffiti de arriba a abajo—algunos cambian cada semana. El olor a spray está en el aire, y justo cuando pasamos había un artista creando una nueva pieza. Giel nos contó cuáles son leyendas locales y cuáles solo están de paso.
Más tarde cruzamos al Graslei y Korenlei junto al río. Aunque hayas visto fotos antes, nada se compara con sentarte al borde con los locales comiendo patatas fritas del Frites Atelier. Hay un edificio con un techo torcido—Giel nos explicó por qué se inclina (involucra barriles de cerveza y un arquitecto terco). También contó una historia rara sobre otra casa que la mayoría pasa sin ni siquiera fijarse.
Lo que más me impactó fue la Catedral de San Bavón. El Retablo de Gante es enorme—mucho más grande de lo que imaginaba—y dentro hay un silencio que te hace susurrar sin darte cuenta. Giel contó una leyenda antigua sobre la catedral que hizo reír a todos, aunque se suponía que era para asustar.
Terminamos en la Korenmarkt, donde Giel nos mostró su edificio favorito—una mezcla loca de estilos que de alguna forma funciona. Señaló detalles diminutos en la fachada que nunca habría notado solo (busca el mono de piedra sobre la puerta). La caminata duró unas dos horas, pero no se sintió ni apresurada ni lenta—justo el tiempo para disfrutarlo todo.
¡Claro que sí! Las historias son divertidas y ligeras—los niños disfrutarán buscando cosas como objetos voladores en el Castillo Gravensteen o el colorido arte callejero en Werregarenstraatje.
La reserva asegura tu lugar online, pero pagarás 6 € directamente en la app para acceder a toda la experiencia de la audio guía.
La caminata suele durar entre 1.5 y 2 horas, dependiendo de tu ritmo y cuánto te detengas en cada parada.
¡Sí! La mayor parte del centro de Gante es plano y accesible, aunque algunos tramos de adoquines pueden ser un poco irregulares. También se permiten cochecitos y animales de servicio.
Con tu reserva accedes al mejor paseo con audio guía de Gante, narrado por un local auténtico. Recibirás historias en cada parada y consejos que solo los que conocen bien la ciudad saben—solo necesitas tu móvil y zapatos cómodos.
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