Recorrerás las tranquilas calles de Brujas y navegarás sus canales con un guía local que te contará historias que no encontrarás en las guías. Degusta clásicos belgas en el almuerzo, explora el arte dramático de la catedral de Gante y termina el día sintiendo que viviste siglos en una sola jornada — momentos que recordarás mucho después de volver a casa.
“¿Has probado las auténticas papas fritas belgas?” nos preguntó con una sonrisa nuestro conductor al salir de Bruselas — yo no, pero eso llegaría más tarde. El viaje fue tranquilo, solo el murmullo de la furgoneta y una ligera llovizna en la ventana. Nuestra guía, Sophie, señalaba cómo los campos se mezclaban con pueblos antiguos antes de que te dieras cuenta de que habías dejado la ciudad. Primera parada: Brujas. El aire olía a dulce cerca del Lago Minnewater (Sophie dijo que significa ‘agua común’, y de alguna forma encajaba). Paseamos por callejuelas empedradas donde las casas parecen inclinarse como si susurraran secretos. En el Beguinaje, todo se volvió silencioso — hasta los patos parecían andar de puntillas. Intenté sacar una foto en ese pequeño puente, pero terminé quedándome quieto viendo cómo la luz cambiaba sobre las paredes encaladas.
La Plaza Burg estaba más animada, con su mezcla de arquitectura y gente entrando y saliendo de cafés. Dentro de la Basílica de la Santa Sangre, era más oscura de lo que esperaba — piedra fresca bajo la mano y un aroma extraño a incienso y cera de vela. Sophie nos contó cómo cada mayo aún pasean reliquias por la ciudad; se animó mucho describiéndolo, moviendo las manos rápido. Tuvimos tiempo para un paseo en barco por los canales (opcional, pero realmente vale la pena), deslizándonos frente a fachadas góticas mientras el perro de alguien ladraba desde una ventana arriba. La comida fue sin prisas — mejillones con papas para mí, aunque quizá debería haber comido algo más ligero antes de seguir caminando.
Gante se sentía diferente — ¿más joven tal vez? O simplemente menos perfecta como postal. La catedral apareció de repente; dentro de San Bavón, perdí la noción del tiempo mirando el retablo de Van Eyck (el Cordero Místico es más pequeño de lo que imaginas). Nuestra guía conocía todos esos detalles curiosos sobre las casas gremiales en Graslei y Korenlei — al parecer, los mercaderes usaban gestos desde esas ventanas para cerrar tratos. Hubo un momento frente al Castillo de los Condes cuando empezó a llover de nuevo y todos se refugiaron bajo un toldo, menos un anciano que se quedó ahí sonriendo sin motivo aparente.
No esperaba sentir tanto solo caminando por estos lugares — como si la historia no estuviera detrás de un cristal, sino que se colara por tus zapatos. Al final de la tarde ya estábamos de vuelta en Bruselas, cansados pero felices, con la cabeza llena y los pies doloridos. Aún pensando en esa vista sobre el Lago Minnewater cuando todo se quedó en silencio un instante.
El tour privado dura todo el día, con recogida por la mañana en Bruselas y regreso por la tarde tras visitar ambas ciudades.
Sí, la recogida y regreso al hotel en Bruselas están incluidos en el tour privado.
Sí, tu guía local puede ajustar las paradas o el tiempo según tus intereses durante la excursión.
Los paseos en barco son opcionales; puedes añadirlos si quieres durante la visita.
No incluye almuerzo fijo; tendrás tiempo libre para elegir dónde comer en cualquiera de las dos ciudades.
Sí, el transporte y la mayoría de los lugares visitados son accesibles para sillas de ruedas.
Verás el Lago Minnewater, el Beguinaje, la Plaza Burg, la Basílica de la Santa Sangre, el Campanario, la Iglesia de Nuestra Señora, el Hospital de San Juan o el Museo Groeninge.
Visitarás la Catedral de San Bavón (con el retablo de Van Eyck), la zona portuaria de Graslei y Korenlei, el Castillo de los Condes (Gravensteen) y disfrutarás de vistas a los canales.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Bruselas en minivan con aire acondicionado y WiFi; agua embotellada; guía local privado durante todo el recorrido; itinerario flexible; paseos opcionales en barco por los canales; y mucho tiempo para fotos o almorzar donde prefieras antes de volver por la tarde.
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