Recorre Brujas en bici retro con un guía local que comparte historias que solo conocen los vecinos. Descubre patios escondidos, plazas llenas de vida y momentos de calma junto a antiguos molinos. Termina con una bebida en un jardín secreto, haciendo nuevos amigos y llevándote recuerdos que duran más que cualquier souvenir.
Lo primero que me llamó la atención fue el tintineo de la campanilla de la bici resonando entre los viejos ladrillos — apenas había pedaleado desde el jardín del monasterio Hof Bladelin en Brujas cuando nuestro guía, Pieter, señaló una pequeña estatua asomada en el alféizar de una ventana. Dijo que traía suerte (no logré entender el nombre en flamenco), y todos nos sonreímos como si compartiéramos un secreto local. El aire olía a chocolate y lluvia, justo como suele oler Brujas en mayo. Tenía las manos un poco frías en el manillar, pero la verdad es que no me importaba.
Pieter nos fue guiando por callejones que jamás habría descubierto en cien años — pasando por tiendas de encajes donde las mujeres nos saludaban desde detrás del cristal, cruzando patios silenciosos donde las piedras parecían más antiguas que el tiempo. Contaba historias sobre María de Borgoña y señalaba detalles que nunca habría notado: tallas sobre las puertas, un antiguo banco Medici que ahora es solo parte de la calle. En un momento paramos cerca de la Capilla de Jerusalén y trató de enseñarme a pronunciar “begijnhof” correctamente. Li se rió cuando lo intenté; estoy seguro de que lo arruiné.
Creo que lo que más me gustó fue deslizarme por las murallas donde se ven los molinos girando despacio contra el cielo. Hubo un instante — nada dramático — solo silencio, salvo el sonido de las ruedas sobre los adoquines y la música suave que salía de una ventana abierta. Terminamos en lo que Pieter llamó su “jardín secreto”, un rincón escondido con sillas desparejadas y limonada casera de flor de saúco (o cerveza, si preferías). Se sentía como si nos hubieran dejado entrar a algo privado, ¿sabes? Aún recuerdo esa vista hacia los tejados de la ciudad.
El recorrido dura unas 2,5 horas de principio a fin.
Sí, visitarás lugares como la Plaza del Mercado, la Plaza Burg y más.
Al final del tour recibirás una bebida local de cortesía en un jardín secreto.
Sí, incluye bicicleta, casco opcional y cesta para tus cosas.
Disponemos de ponchos y paraguas para que puedas seguir pedaleando sin problema.
No, el punto de encuentro es en el jardín del monasterio Hof Bladelin.
Los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecitos o asientos infantiles que proporciona el operador.
Normalmente es un tour en grupo pequeño con un guía local.
Tu día incluye el uso de una bici retro (casco opcional), poncho o paraguas si llueve, cesta para tus pertenencias y consejos locales para seguir explorando Brujas. Todo termina con una bebida de cortesía en un jardín escondido antes de que vuelvas a perderte por esas calles medievales.
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