Entrarás en la Annakirche de Viena para un concierto íntimo de cuerdas con asientos libres — instrumentos de época llenan el espacio barroco con obras de Mozart o Beethoven. Conocerás de cerca a músicos locales y disfrutarás de un sonido y un silencio que se quedan contigo mucho después de irte. Es una experiencia que emociona en silencio y se lleva en el alma.
No sabía muy bien qué esperar de un concierto clásico en Viena — claro, Mozart y Beethoven están en todas partes, pero estar sentado en la iglesia de Santa Ana (Annakirche) fue otra cosa. El lugar está escondido en una calle tranquila, y al entrar, parecía casi demasiado hermoso — esa luz dorada suave sobre la piedra antigua, ese olor tenue a cera que solo encuentras en las iglesias. Algunos ya estaban eligiendo asiento aunque llegamos temprano (puedes sentarte donde quieras), así que dimos una vuelta para empaparnos del ambiente.
La persona que nos recibió esa noche — más que un “guía”, era la violinista que saludaba a cada uno en la puerta — nos entregó un programa con los nombres de los músicos. Intenté pronunciar uno y me salió fatal; mi amigo se rió y me dijo que mejor me quedara escuchando y no intentando hablar alemán. Cuando empezó el cuarteto, algo en esos instrumentos de época hizo que el sonido fuera más cálido, casi más cercano de lo que esperaba. Se oían hasta los dedos deslizarse por las cuerdas entre notas. La acústica en la Annakirche es increíble — nada de ecos, solo una claridad que hasta alguien como yo, que no sabe mucho de música clásica, podía sentir cada cambio de emoción.
Duró solo 70 minutos, pero perdí la noción del tiempo entre Schubert y Beethoven. Hubo un momento en una pieza tranquila donde nadie tosió ni se movió — solo un silencio absoluto, salvo la música y quizás un tranvía lejano afuera. Aún recuerdo ese silencio; parecía que Viena contenía la respiración con nosotros. Al terminar, la gente se quedó en la puerta como si no quisiera irse todavía. Salimos a la noche un poco aturdidos — no sé si por la música o por haber sido parte de algo tan antiguo y vivo a la vez.
El concierto dura 70 minutos sin descanso.
No, los asientos son libres; cada quien elige dónde sentarse al llegar.
El programa incluye obras de Mozart, Haydn, Beethoven y Schubert.
Los niños deben ir acompañados por un adulto; no se admiten bebés menores de 6 años.
No, no se requiere código de vestimenta para este concierto.
Sí, recibirás un programa impreso con los nombres de los músicos.
La iglesia se mantiene fresca en verano y calefaccionada en invierno.
Sí, hay varias opciones de transporte público cerca.
Tu noche incluye entrada a la iglesia de Santa Ana para un concierto en vivo de música clásica interpretado por músicos vieneses con instrumentos de época; también recibirás un programa impreso con detalles de los músicos y podrás elegir tu asiento al llegar, sin prisas ni lugares asignados.
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