Con tu entrada entrarás directamente al Belvedere Bajo y la Orangerie de Viena, sin esperas ni grupos guiados. Recorre exposiciones de arte mundialmente reconocidas a tu ritmo, desde impresionistas franceses hasta obras modernas audaces. Detente en salas bañadas por el sol, escucha conversaciones locales y termina entre jardines barrocos que quedan grabados mucho después de irte.
Ya nos habíamos perdido un poco por las calles secundarias de Viena antes de llegar al Belvedere Bajo; de alguna manera, eso hizo que ver finalmente esas puertas barrocas se sintiera como una pequeña victoria. El aire tenía ese ligero olor a lluvia sobre piedra antigua, y podía escuchar el ruido apagado de los tranvías detrás de nosotros. Sin colas, solo un rápido escaneo de nuestras entradas y estábamos dentro, paseando junto a los enormes ventanales de la Orangerie. No podía dejar de pensar que el príncipe Eugenio jamás imaginó que su residencia de verano estaría llena de gente contemplando en silencio a Cézanne o Monet.
No suelo quedarme mucho tiempo en los museos, pero algo en cómo la luz del sol caía sobre el parquet me hizo detenerme. Había una pareja vienesa mayor — ella llevaba una bufanda con remolinos azules intensos — debatiendo cuál pintura era “más fiel a la naturaleza”. Intenté escuchar (mi alemán es pésimo), pero sobre todo observaba cómo se movían sus manos mientras hablaban. La palabra clave aquí es libertad: puedes pasear entre el Belvedere Bajo, la Orangerie e incluso las antiguas caballerizas sin que nadie te apure o te agrupe con otros visitantes.
Las exposiciones temporales cambian constantemente; cuando fuimos, mostraban impresionismo francés del Museo Langmatt, y la verdad, ver a Renoir de cerca fue muy distinto a cualquier libro de texto. Tienes esos momentos en que estás solo en una sala con una pintura y tus propios pensamientos — algo poco común en un museo grande de ciudad. Tras una hora, mi amigo quiso un café, pero yo me quedé para una última mirada a las cabezas de Messerschmidt (en persona son aún más extrañas). Salir a los jardines después de tanta calma fue como despertar de un sueño. A veces aún recuerdo esa luz sobre las estatuas de mármol.
No, es solo la entrada; exploras por tu cuenta sin guía.
Acceso al Belvedere Bajo, la Orangerie y las exposiciones en las caballerizas del palacio.
Sí, tu entrada cubre las exposiciones especiales vigentes durante tu visita.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, se permite el acceso con cochecitos para bebés y niños pequeños.
Sí, los animales de servicio están permitidos en todo el complejo.
Solo dirígete a la entrada del museo y muestra tu ticket; no necesitas unirte a grupos ni hacer cola para tours.
Sí, hay varias opciones de transporte público cerca del complejo Belvedere.
Tu visita incluye entrada directa al Palacio Belvedere Bajo de Viena, acceso a todas las exposiciones actuales en la Orangerie y las caballerizas, y la libertad de recorrer a tu ritmo sin guía ni horarios.
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