Navega junto a iconos de Sydney como la Opera House y Harbour Bridge mientras disfrutas un almuerzo relajado con mariscos frescos y vinos regionales. Tripulación amable, historias inéditas de la ciudad y tiempo para dejar que la luz baile sobre el agua. Aquí hay espacio para respirar y quizás un momento tranquilo que recordarás.
Confieso que reservé este crucero con almuerzo en Sydney Harbour principalmente por las vistas. Pero en cuanto subimos a ese gran barco blanco — creo que medía unos 24 metros — se sintió más como entrar en la sala de alguien que como un “tour”. La tripulación ya bromeaba con el clima (clásico Sydney, un poco de sol y luego una ráfaga de viento), y desde la cocina llegaba un aroma cálido y salado. Ver la Opera House desde el agua tiene algo que te detiene, aunque la hayas visto mil veces en fotos. Está ahí, brillando contra el horizonte.
Nuestro guía, Sam, señaló detalles que nunca habría notado — como que las baldosas de la Opera House son crema, no blancas. Pasamos frente a Luna Park (esa cara gigante da menos miedo de día), y luego bajo el Harbour Bridge. Se crea un silencio especial cuando todos miran hacia arriba al mismo tiempo. El almuerzo fue de verdad para sentarse y disfrutar, nada apresurado — con ostras de Hawkesbury y cordero de un lugar llamado Riverina (seguro lo pronuncié mal). El vino era del Hunter Valley; intenté sonar como si supiera, pero solo dije “está bueno”. Nadie me juzgó.
Me gustó que no éramos solo turistas; había una pareja celebrando aniversario y un grupo de locales que parecía conocer a casi toda la tripulación. Uno me dijo que mojara el pan en el aceite de oliva “como hacemos en casa”. El sol iba y venía entre las nubes, a veces todo se veía plateado, y de repente volvía el azul. Después del almuerzo pasamos por el Taronga Zoo — no vimos jirafas, pero sí niños saludándonos desde la orilla. Todo iba lento, en el mejor sentido.
Sigo recordando ese momento cuando volvimos hacia Darling Harbour y todos nos quedamos en silencio un rato, mirando Sydney deslizarse fuera de esas enormes ventanas. No sé si fue el vino o simplemente estar en el agua, pero sí — me sentí afortunado.
Sí, incluye un almuerzo a la carta con mariscos locales, cordero y carne de res, además de bebidas.
Sí, incluye cerveza, vino, refrescos, té y café.
El menú está inspirado en la región; se pueden adaptar dietas especiales, solo pregunta al reservar.
Sí, tanto el barco como el transporte son accesibles para sillas de ruedas.
El tour parte desde Darling Harbour, en el centro de Sydney.
Sí, los bebés pueden ir en cochecitos; hay asientos especiales para ellos.
La experiencia suele durar varias horas, incluyendo el paseo frente a los principales puntos turísticos.
Sí, ambos son los puntos destacados de esta ruta por el puerto.
Tu día incluye traslado desde Darling Harbour y embarque en un moderno barco para disfrutar un almuerzo a la carta con mariscos de Hawkesbury, cordero de Riverina o carne de Hunter Valley, acompañado de vinos de Nueva Gales del Sur o bebidas sin alcohol. Navegarás junto a iconos como la Opera House y Harbour Bridge antes de regresar a la costa, siempre con una tripulación amable cuidando de ti.
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