Alimenta canguros en Moonlit Sanctuary, pasea por las playas ventosas de Phillip Island y observa a los pingüinos salvajes llegar al atardecer con un guía local. Incluye entradas y recogida en Melbourne—no olvides una chaqueta para las noches frescas junto al mar.
“No parpadees o te perderás al quoll,” bromeó nuestro guía mientras avanzábamos junto a un grupo de eucaliptos en Moonlit Sanctuary. Nunca había oído hablar de un quoll, pero ahí estaba—con su pelaje manchado y un poco nervioso. El aire olía a hojas húmedas y algo dulce (¿quizá la comida de los planeadores?). Alimentamos a los canguros—bueno, yo lo intenté, pero uno me miró fijo hasta que me reí. Aquí es más tranquilo de lo que esperaba, salvo por algún que otro urraca que graznaba arriba. El viaje desde Melbourne fue sencillo; nos recogieron justo en la puerta del hotel, lo que ayudó porque no somos muy madrugadores.
Después llegamos a Woolamai Beach—el viento me voló el sombrero y la arena estaba por todas partes. Las olas parecían enormes. Había un par de surfistas locales, apenas puntos en ese mar azul grisáceo. Almorzamos de forma informal en Cowes; nada lujoso, pero las papas estaban buenas, y el perro de alguien no paraba de pedir debajo de la mesa (no pude resistirme). Nuestro guía Liam contó historias de cuando creció cerca—dijo que se saltaba la escuela para venir al Penguin Parade (su mamá siempre lo atrapaba). El paseo por el boardwalk de Nobbies se sentía salvaje y abierto—vimos focas descansando en las rocas a lo lejos. Y la verdad, no esperaba ver tantos wallabies tan cerca.
Al atardecer en Summerland Beach, todos nos quedamos más callados—el viento se volvió más frío, así que sí, lleva una chaqueta aunque creas que no la necesitarás. Se creó un silencio justo antes de que los primeros pingüinos pequeños salieran del agua. Son más pequeños de lo que imaginas, casi cómicos cuando caminan en grupo por la arena. Los niños se reían, y hasta los adultos no podían evitar sonreír. Caminar por el boardwalk junto a ellos fue casi irreal—no dejaba de pensar en lo lejos que habían nadado para volver a casa esa noche. A veces aún recuerdo ese momento cuando el ruido vuelve a casa.
El tour completo dura entre 10 y 12 horas, incluyendo el traslado desde el centro de Melbourne.
Sí, la recogida y regreso desde hoteles céntricos de Melbourne está incluida.
Podrás ver canguros, koalas, wombats, demonios de Tasmania, quolls manchados, planeadores de vientre amarillo y más.
Sí, las noches en Phillip Island suelen ser frías y ventosas; se recomienda llevar una buena chaqueta.
Las entradas a Moonlit Sanctuary y al Penguin Parade están incluidas en la reserva.
El tour es apto para la mayoría de niveles físicos, pero no se admiten bebés menores de 3 años.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de algunos puntos en Phillip Island.
Tu día incluye transporte cómodo con aire acondicionado y recogida y regreso en el centro de Melbourne, entradas a Moonlit Sanctuary Wildlife Conservation Park y acceso general al famoso Penguin Parade—todo organizado para que disfrutes de la naturaleza sin preocuparte por nada.
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