Pisarás el césped del Melbourne Cricket Ground con un guía local, entrarás a zonas exclusivas para jugadores y te reirás con historias de la cultura deportiva australiana. Luego, sumérgete en las exhibiciones interactivas del Museo del Deporte Australiano — compite en carreras virtuales o simplemente recorre décadas de historia a tu ritmo. Aquí no se trata de estadísticas, sino de sentir que formas parte de algo grande.
Justo al pasar por la Puerta 3 del Melbourne Cricket Ground, sentí una mezcla rara de emoción y nervios, como si estuviera colándome detrás del escenario en un lugar donde no debería estar. Nuestro guía, Dave, tenía ese humor seco que solo tienen los que han visto demasiados partidos de footy en su vida. Nos señaló el marcador antiguo (que aún huele un poco a cerveza y césped recién cortado) y nos contó la vez que Shane Warne lanzó aquí — ni siquiera soy fan del cricket, pero me llegó. Hay algo especial en estar parado justo en esa cancha, ¿sabes? Las gradas están vacías, pero casi puedes escuchar a la multitud.
Intenté imaginar cómo sería un día de partido — Dave dijo que a veces se siente cómo vibran las gradas cuando pasa algo importante. Echamos un vistazo a los vestuarios (sorprendentemente simples), vimos fotos en las paredes, y nos dejó tocar el borde del campo — más áspero de lo que esperaba, casi como arena. Mi pareja intentó decir “MCG” con acento australiano; Dave se rió tanto que casi se le caen las llaves. Todo fue muy natural, nada preparado.
Después nos metimos al Museo del Deporte Australiano — un ambiente totalmente distinto. Allí es un bullicio: niños compitiendo en carreras virtuales, camisetas antiguas detrás de vitrinas, ese olor a plástico de las pantallas interactivas por todos lados. Perdí la noción del tiempo lanzando a canasta contra un marcador digital (perdí feo). Puedes quedarte todo el tiempo que quieras; nadie te apura. Al final me dolían los pies, pero la verdad es que sigo pensando en estar parado en ese campo — se queda contigo por alguna razón.
La entrada es por la Puerta 3 del Melbourne Cricket Ground.
Sí, tanto el tour del MCG como el museo son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito durante la visita.
Sí, los animales de servicio están permitidos en esta experiencia.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de la entrada del MCG.
Puedes quedarte todo el tiempo que quieras dentro del museo.
Sí, es adecuado para cualquier nivel de condición física.
Tu día incluye un tour guiado por el Melbourne Cricket Ground con un experto local, más la entrada para explorar a tu ritmo cada rincón del Museo del Deporte Australiano — sin prisas ni horarios estrictos una vez dentro.
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