Explorarás la historia y los paisajes de San Juan—desde la casa de Sarmiento hasta quebradas escondidas y miradores de represas—con sabores locales como degustaciones de aceite de oliva y vino en el camino.
El aire de la mañana en San Juan se sentía fresco mientras subíamos a la van—las ventanas bajadas lo justo para captar ese leve aroma a olivos de los huertos a la vera del camino. Nuestro guía, Martín, comenzó el recorrido en el centro con historias sobre Domingo Faustino Sarmiento. Parados frente a su casa natal, casi podía imaginar las calles antiguas que él conoció. Las campanas de la Catedral sonaron justo cuando pasábamos—uno de esos pequeños momentos que se quedan grabados.
Dentro del Auditorio Juan Victoria, la luz del sol se colaba por los altos ventanales iluminando el suelo pulido. Se escuchaba un murmullo tranquilo mientras el personal preparaba un ensayo para la tarde. Echamos un vistazo al Salón de Convenciones—nada ostentoso, pero se siente cómo los locales se reúnen allí para todo, desde música hasta política. En el Museo Santiago Graffigna, nuestro guía nos sirvió una copa de Malbec (solo un sorbo), explicando cómo el clima seco de la región influye en cada botella.
La ruta fuera de la ciudad serpenteaba por la Quebrada El Zonda—un estrecho cañón donde el viento silba entre paredes rocosas. Paramos en El Jardín de los Poetas; allí reina la paz, solo se oyen pájaros y el susurro de las hojas de eucalipto. Luego seguimos hacia Campos de Olivo. La fábrica de aceite olía a tierra y a fresco—si nunca probaste aceite recién prensado sobre pan, te estás perdiendo algo.
El viaje hasta la Bodega Finca Sierras Azules fue corto pero pintoresco. Hileras de viñas se extendían hacia colinas azules en la distancia. La degustación es opcional—yo me animé y no me arrepentí; su Syrah tenía un toque picante que no esperaba.
Avanzamos por una carretera lisa hasta el mirador de la Represa Punta Negra. La magnitud impresiona al bajar del vehículo: el agua brillando bajo el sol, las montañas reflejadas en el embalse. Algunos ciclistas pasaron a toda velocidad—los locales adoran esta ruta los fines de semana. En la entrada de la Represa Los Caracoles, Martín explicó cómo estas represas cambiaron la vida aquí—más agua para los campos y hogares.
De regreso, cruzando el departamento de Ullum, vimos una última represa antes de entrar nuevamente a los límites de la ciudad de San Juan. Para entonces, la luz del atardecer teñía todo de dorado—el cierre perfecto para medio día repleto de sabores locales y vistas que no encontrarás en postales.
¡Sí, las familias son bienvenidas! Solo ten en cuenta que los bebés deben ir en el regazo de un adulto durante el transporte.
No, es apta para todos los niveles de condición física ya que la mayoría de las paradas implican caminatas cortas o visitas guiadas.
La degustación en la Bodega Finca Sierras Azules es opcional—puedes participar o no según prefieras.
La excursión completa dura aproximadamente medio día y cubre unos 60 km en vehículo más paradas en el camino.
Tu lugar incluye transporte en vehículo con aire acondicionado y un guía local experto. Se cubren todas las visitas principales; hay opciones de transporte público cercanas si las necesitas.
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