Explorarás Península Valdés con un guía local que conoce cada marea y atajo. Observa la fauna en Caleta Valdés, pasea por las tranquilas calles de Puerto Pirámides y, si es temporada, tal vez veas ballenas. Con traslado incluido desde el puerto y alguien que controla el tiempo por ti, solo tendrás que disfrutar de esa costa salvaje — un recuerdo que perdurará mucho después del viaje.
Lo admito, casi me pierdo la primera parada porque estaba demasiado ocupado con mi cámara, pero nuestro guía, Martín, solo sonrió y esperó mientras yo me ponía al día. El centro de interpretación en Península Valdés no es llamativo, pero hay algo en ese aroma a madera vieja y aire marino que te hace prestar atención. Escuchamos historias sobre las ballenas y pingüinos que habitan aquí, y luego Martín señaló una torre desde donde se ve la Isla de los Pájaros. Hizo un chiste sobre el dibujo de Antoine de Saint-Exupéry (el del Principito — ¿era un sombrero o un elefante dentro de una serpiente?), que sacó sonrisas a todos. Es curioso cómo esas pequeñas cosas se quedan en la memoria.
Puerto Pirámides es diminuto — apenas unas pocas calles — pero recorrerlo fue como entrar en la vida cotidiana de alguien por un rato. De junio a diciembre se puede hacer avistaje de ballenas aquí (yo no pude porque fuimos en marzo, pero parece que se pueden reservar tours tradicionales o en submarino si quieres). Había niños jugando al fútbol cerca del muelle y el viento que venía del mar me hizo lagrimear un poco. El almuerzo no estaba incluido en nuestra excursión a Península Valdés desde Puerto Madryn, pero Martín nos recomendó una panadería donde probé una empanada de lo más hojaldrada que he comido en mi vida.
Después fuimos a Caleta Valdés — toda una costa salvaje y nubes bajas ese día. Caminamos por pasarelas de madera sobre las rocas, con la esperanza de ver orcas (no tuvimos suerte, pero sí vimos elefantes marinos perezosos amontonados como salchichas gigantes). El aire olía a sal y era cortante; recuerdo que me apoyé en la baranda solo para escuchar el choque de las olas abajo. Hay un hostal aquí si necesitas baños o simplemente quieres calentarte con un café (que, sinceramente, hacía falta después de estar en ese viento).
De regreso a Puerto Madryn, Martín se ofreció a mostrarnos la ciudad si teníamos tiempo antes de volver al barco. Vimos murales y algunas casas antiguas de origen galés — nos explicó cómo las mareas y el clima a veces cambian los planes a último momento por aquí. “No se preocupen,” dijo, “siempre los llevamos de vuelta antes de la salida.” Y lo decía en serio; están acostumbrados a los horarios de los cruceros. Aún pienso en esa vista de Caleta Valdés cuando el ruido en casa se vuelve insoportable — solo cielo, lobos marinos y nada más por kilómetros.
Sí, el traslado desde tu crucero en Puerto Madryn está incluido.
El avistaje de ballenas está disponible entre finales de junio y principios de diciembre como extra opcional; no está incluido por defecto.
Sí, hay baños en Caleta Valdés y en otras paradas del recorrido.
No, el almuerzo no está incluido, pero hay lugares para comprar comida durante las paradas.
Sí, todas las áreas son accesibles para sillas de ruedas y aptas para cochecitos.
La duración depende del horario de tu barco; los guías ajustan los tiempos para que regreses antes de la salida.
Podrás ver elefantes marinos, lobos marinos, aves en la Isla de los Pájaros y, según la temporada, orcas o ballenas.
Sí, los guías son locales y comparten el contexto cultural durante todo el recorrido.
Tu día incluye traslado directo desde tu crucero en Puerto Madryn en un vehículo con aire acondicionado y un guía local que lidera cada parada. Se ofrece café o té durante el recorrido. El avistaje de ballenas puede organizarse como extra opcional en temporada; hay servicios como baños en puntos clave antes de regresar cómodamente a tu barco.
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