Recorrerás los palacios y jardines de Potsdam con un guía local que conoce cada historia detrás de esas piedras antiguas. Ríe en el Barrio Holandés, disfruta momentos tranquilos junto al Palacio de Sanssouci y tendrás tiempo para fotos o un café antes de volver a Berlín — o quedarte a explorar por tu cuenta.
Ya estábamos a mitad de camino por la Alte Markt cuando nuestra guía, Anna, se detuvo para señalar una estatua que apenas había notado — Federico Guillermo I mirando al horizonte como si fuera dueño del lugar (que, en realidad, lo era). La plaza se sentía viva pero majestuosa, con gente local pasando en bici y un leve aroma a café flotando en el aire. Potsdam está a un paso de Berlín, pero tiene un ritmo más pausado — se nota al instante.
No esperaba que el Barrio Holandés tuviera un ambiente tan distinto. Casas de ladrillo rojo, macetas llenas de geranios y gente charlando en ese alemán suave que casi suena a canto si no prestas atención. Anna nos contó sobre la mezcla cultural de la ciudad — rusos, hugonotes franceses, holandeses — todos escondidos en esas calles serpenteantes. En un momento intentó enseñarnos a pronunciar “Sanssouci” bien; Li se rió cuando traté de repetirlo. Todavía no sé si lo hice bien.
La subida al Palacio de Sanssouci fue más larga de lo que pensaba (lleva calzado cómodo), pero la verdad es que los jardines me hicieron olvidar el cansancio por un rato. Había un olor fresco a verde recortado de los setos y algo dulce de los tilos que cubrían el camino. Anna compartió historias sobre Federico el Grande — al parecer le encantaban tanto las patatas que lo llamaban el Rey de la Patata. Esa anécdota se me quedó grabada. Caminamos junto a fuentes y viñedos donde la luz del sol daba justo en las hojas — esa vista aún me viene a la mente.
Terminamos cerca de Luisenplatz después de pasar por la Puerta de Brandeburgo (pero no esa). Algunos aprovecharon para tomar un café mientras otros regresaron a Berlín con la ayuda de Anna. Sentí que habíamos visto mucho en solo cuatro horas, pero sin prisas. Más bien como si nos hubieran dejado entrar a secretos que solos nunca habríamos descubierto.
El tour dura unas cuatro horas y termina en Potsdam alrededor de las 2pm.
Sí, visitarás el Palacio de Sanssouci y sus jardines durante el recorrido.
Sí, necesitarás un billete de tren zona ABC para llegar a Potsdam desde Berlín.
Sí, tanto el transporte como la mayoría de los sitios son accesibles para sillas de ruedas.
El itinerario incluye tiempo en lugares como Luisenplatz donde puedes tomar café o un snack.
Sí, los niños son bienvenidos pero deben ir acompañados por un adulto.
El guía local habla inglés fluido; otros idiomas pueden estar disponibles bajo petición.
Tu día incluye la guía de un experto local que da vida a cada rincón de Potsdam — desde palacios hasta parques — además de varias paradas para fotos y tiempo para descansar en calles o plazas con encanto. Necesitarás un billete de tren zona ABC para el trayecto entre Berlín y Potsdam; todo lo demás está organizado una vez llegues con tu grupo.
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