Estarás donde sucedió la historia: desde el silencio de Dachau hasta las plazas llenas de vida de Múnich, guiado por locales que comparten historias reales y detalles que no encontrarás en los libros. Prepárate para momentos sinceros: leer nombres en voz alta, notar la vida cotidiana en lugares pesados, sentir tanto el silencio como la risa en el camino.
Lo primero que recuerdo es el crujido de la grava bajo nuestros zapatos en el Memorial del Campo de Concentración de Dachau. Era más silencioso de lo que esperaba, solo el viento moviendo esos viejos álamos. Nuestra guía, Anna, hablaba en voz baja, pero cada palabra parecía pesar más en ese lugar. Nos mostró la puerta con el letrero “Arbeit macht frei” y sentí un escalofrío, aunque no hacía frío. Alguien detrás de mí susurró en alemán, y por un instante sentí como si el tiempo se doblara sobre sí mismo.
En Dachau, muchas veces no sabía qué decir. Las habitaciones eran austeras, el aire algo rancio, y casi podías oler la piedra antigua y un toque metálico. Anna nos contó sobre las personas que estuvieron prisioneras allí, y pronunció sus nombres en voz alta, algo que me pareció muy importante. Al salir, nadie hablaba; yo solo pensaba en lo cerca que está ese lugar de Múnich, casi como si fuera el vecino de al lado. Eso me sorprendió.
De vuelta en el centro histórico de Múnich, el ambiente era más ruidoso: tranvías pasando por Marienplatz, gente riendo en las terrazas. Seguimos a Anna por Königplatz, donde antes se hacían mítines (ahora parece un sitio normal), y luego frente a edificios que fueron sede de la Gestapo. Nos señaló pequeñas placas de latón en las aceras, los Stolpersteine, que recuerdan a las víctimas deportadas desde esas direcciones. Intenté leer una en voz alta; Li se rió cuando pronuncié mal el nombre, pero me ayudó a terminarlo. Esa pequeña escena se me quedó más grabada de lo que esperaba.
Esta excursión desde Múnich no es fácil en algunos momentos, pero me alegro de haberla hecho con alguien que sabe contar tanto los hechos como las emociones. Duró unas siete horas, pero a veces aún resuenan en mi cabeza, especialmente ese silencio en Dachau.
El tour de día completo dura aproximadamente 7 horas, incluyendo el traslado entre sitios.
No incluye almuerzo; se recomienda llevar snacks o comer durante las pausas en Múnich.
No, los menores de 13 años no pueden entrar al Memorial de Dachau; puede requerirse comprobante de edad.
Sí, un guía local acompaña tanto la visita a Dachau como el recorrido por los sitios de la II Guerra Mundial en Múnich.
El tour comienza y termina cerca del Müllersches Volksbad, en el centro de Múnich.
Visitarás el Memorial del Campo de Concentración de Dachau y sitios clave de la II Guerra Mundial como Marienplatz y Königsplatz.
El grupo viaja junto; el transporte lo organiza el guía como parte del tour.
Tu día incluye una visita guiada al Memorial del Campo de Concentración de Dachau con todas las entradas incluidas, un recorrido a pie de 2.5 horas por los lugares más importantes del Tercer Reich en el centro de Múnich, como Marienplatz y Königsplatz, y comentarios expertos de tu guía local durante todo el tour, que empieza y termina cerca del Müllersches Volksbad.
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