Recorrerás templos centenarios, subirás a santuarios en la montaña con vistas increíbles y descubrirás rincones tranquilos que pocos visitantes conocen, todo acompañado de un guía local que conoce cada atajo y detalle oculto.
El aire de la mañana en Chiang Mai se siente más fresco cerca de las antiguas murallas de la ciudad. Empezamos en Wat Chedi Luang, donde el enorme chedi de ladrillo se eleva sobre todo lo demás; la verdad, es difícil imaginar su tamaño hasta que estás justo frente a él. Nuestra guía, Noi, nos mostró la escalera de naga — esas serpientes talladas tienen un nivel de detalle impresionante de cerca. Si miras bien, aún se notan las grietas del terremoto de 1545 en uno de sus lados. Se escucha un murmullo tranquilo de monjes cantando en algún lugar dentro, y un leve aroma a incienso flota en el patio.
Después subimos por la montaña hasta Wat Phra That Doi Suthep. El camino ya vale la pena: con las ventanas abajo, se percibe el olor a pollo a la parrilla de los puestos en la carretera y se oyen los pájaros entre los árboles. Arriba, las sombrillas doradas y las campanas brillan bajo el sol. Hay bastante gente, pero si esperas unos minutos, llega un momento de calma cuando la mayoría se va y puedes escuchar el viento moviendo las hojas. La vista de Chiang Mai desde ahí es algo que no olvido: un mosaico de tejados y una neblina suave en el horizonte.
De regreso hicimos una parada rápida en Wat Pha Lat, un lugar que no conocía antes de este viaje. Está escondido en el bosque junto a un pequeño arroyo y unas cascadas. Apenas había gente, solo un par de locales encendiendo velas y un perro durmiendo bajo uno de los leones de piedra. Se siente como descubrir un rincón secreto.
La última parada fue la Puerta Tha Phae — ladrillos rojos que brillan con el sol de la mañana, palomas por todos lados (cuidado al caminar). Es uno de esos lugares que parece antiguo y a la vez lleno de vida; vendedores ambulantes ofreciendo helado de coco justo afuera, niños corriendo alrededor de la muralla. Después de unas fotos, regresamos al hotel, cansados pero felices de haber visto tanto en solo medio día.
El tour dura unas cuatro a cinco horas, incluyendo los traslados entre los lugares.
La recogida está disponible para la mayoría de hoteles céntricos; indícanos tu ubicación al reservar para confirmarlo.
¡Sí! La ruta es accesible para casi todos los niveles de condición física. Hay algunas escaleras en Doi Suthep, pero se puede ir con calma.
Por respeto a las costumbres locales, lleva ropa que cubra hombros y rodillas; lo ideal son telas ligeras porque al mediodía puede hacer calor.
Tu tour incluye un guía local experto, entradas a todos los templos, transporte cómodo con aire acondicionado y recogida y regreso al hotel (en hoteles seleccionados), además de la tranquilidad de cumplir con protocolos de salud (certificación SHA Plus).
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