Te ensuciarás, reirás con los locales, probarás sabores auténticos dominicanos y te refrescarás en un cenote escondido—todo mientras conduces tu propio ATV por el lado salvaje de Punta Cana. Si buscas algo más que solo playa, esto es para ti.
Con los motores rugiendo, levantamos polvo al salir del rancho—los cascos un poco torcidos, pero el ánimo por las nubes. Nuestro guía, Luis, nos hizo reír desde el primer momento con historias de su primera vez en un ATV (digamos que no se mantuvo en pie). Tras una rápida explicación de seguridad y una vuelta de prueba por el terreno—ojo con ese gallo travieso cerca de la cerca—nos lanzamos al camino. El aire olía a tierra mojada y caña de azúcar. Sentía la arena en los dientes de tanto sonreír.
Primera parada: Playa Macao. No es una de esas playas llenas de resorts; aquí realmente se juntan los locales. La arena es suave y clara, casi chirriante bajo los pies, y siempre hay alguien vendiendo agua de coco fresca desde un carrito bajo las palmeras. Dejamos los ATV junto a una fila de tablas de surf y nos metimos al agua—tan clara que podías ver pececitos nadando entre tus dedos. Tomé algunas fotos, pero sobre todo dejé que la brisa salada hiciera su magia.
De vuelta en el camino, avanzamos hasta una casita escondida detrás de platanales. Dentro olía a granos tostados y chocolate derretido. Una mujer llamada Marta nos sirvió tazas pequeñas de café dominicano bien cargado y nos dejó probar chocolate casero que nada tenía que ver con lo que uno encuentra en casa. Incluso hicimos una parada rápida en un taller de puros al lado; vi a un hombre enrollar uno a mano en menos de un minuto. El lugar tenía un aire auténtico y vivido.
El último tramo nos llevó por un sendero rocoso hasta una cueva cenote. Adentro se siente fresco—casi frío después de tanto sol—y el agua es de un azul sorprendente. Me lancé sin pensarlo dos veces; es uno de esos momentos en que olvidas todo lo demás. El eco de las voces rebotando en las paredes de piedra hacía que pareciera que habíamos encontrado nuestro rincón secreto.
¡Para nada! El guía da instrucciones claras y tendrás tiempo para practicar antes de salir al camino.
Para nada—puedes relajarte junto a la cueva si prefieres no nadar.
No se proporcionan toallas ni fotos, así que lleva las tuyas si las quieres.
Este tour no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de espalda o corazón.
Tu paseo en ATV (con equipo de seguridad), entrada a Playa Macao y la cueva cenote, degustación de café y chocolate en una casa local, transporte ida y vuelta, y muchas historias locales durante el recorrido forman parte de tu día. Solo recuerda traer tu toalla y cámara.
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