Camina por la selva salvaje de El Yunque con un guía local, nada bajo cascadas, disfruta un almuerzo en un rincón puertorriqueño y luego rema en kayak por manglares oscuros hasta la bahía bioluminiscente de Laguna Grande. Prepárate para barro en los zapatos, risas con desconocidos y momentos que recordarás mucho después de volver a casa.
No esperaba que mis zapatos se hundieran en el barro antes del desayuno, pero así empezó nuestro día cerca de El Yunque. El aire estaba tan cargado de verde que casi podías saborear las hojas. Nuestro guía, Javier, no paraba de sonreír mientras tropezábamos con raíces y tratábamos de no resbalarnos. “Cuidado aquí”, decía, pero yo estaba demasiado distraído admirando el bambú y esas pequeñas flores naranjas por todos lados. Alguien detrás mío murmuró que sus calcetines ya estaban arruinados para siempre. Nos reímos todos, nadie le dio importancia.
La primera poza estaba más fría de lo que imaginaba, pero después de sudar en la caminata se sintió perfecta. Hubo un momento en que simplemente floté de espaldas, mirando las ramas enredadas y el cielo, y todo se volvió silencio salvo el agua deslizándose sobre las piedras. Javier nos enseñó a lanzarnos con una cuerda al agua profunda (yo me acobardé la primera vez). Almorzamos en algún punto entre el pelo mojado y las piernas embarradas: tostones y pollo en un local de carretera donde nadie tenía prisa. Todavía recuerdo esa vista desde nuestra mesa, con colinas cubiertas de neblina a lo lejos.
Al caer la noche estábamos en la Laguna Grande para el tour en kayak por la bahía bioluminiscente. Es más oscuro de lo que crees allá afuera, un tipo de oscuridad donde tu remo desaparece hasta que lo sumerges y de repente chispean luces azules alrededor de tus manos. Nuestro guía ecológico explicó sobre el plancton (pyrodinium bahamense—seguro lo escribo mal), pero yo estaba demasiado ocupado haciendo remolinos en el agua como un niño. A veces brillaba fuerte, otras menos; Javier dijo que depende de la luna y la lluvia, así que no esperes una escena de película siempre. Terminamos con las manos pegajosas de unas barras que nos dieron antes de volver a San Juan casi dormidos.
El tour completo dura unas 12 horas, incluyendo el transporte desde San Juan.
No, el almuerzo no está incluido; se para en un restaurante local y se paga aparte.
Debes llevar zapatos cerrados para caminar o tenis con buen agarre; se mojarán y ensuciarán.
Los niños deben tener 7 años o más para participar.
No, por seguridad no pueden participar embarazadas ni personas con problemas cardíacos, de espalda o rodillas.
Sí, el transporte desde hoteles en San Juan está incluido y es gratuito.
La intensidad varía según el clima y la fase lunar; a veces puede ser muy tenue o no verse.
Es de dificultad moderada a alta, con senderos rocosos, irregulares y embarrados; se recomienda buena condición física.
Los tours se hacen en inglés o español; los participantes deben entender uno de estos idiomas por seguridad.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde hoteles en San Juan, todas las entradas para El Yunque y Laguna Grande, agua embotellada durante todo el recorrido, guías certificados que conocen cada atajo embarrado (y cada chiste), además de todo el equipo de seguridad necesario como cascos y chalecos salvavidas para la caminata y el kayak, antes de regresar por la noche.
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