Si buscas más que solo fotos de Machu Picchu, este tour privado de 6 días te permite sentir el pulso de Cusco: desde templos ancestrales hasta lagos de montaña y mercados vibrantes. Contarás con guías locales expertos, hoteles cómodos cada noche y todas las entradas incluidas para que no tengas que preocuparte por la logística.
Aterrizar en Cusco te impacta de inmediato: el aire se siente más ligero y la ciudad vibra con una mezcla de muros de piedra antigua y taxis que pitan sin parar. Al llegar al aeropuerto, alguien nos esperaba con un cartelito con mi nombre. El trayecto al hotel fue rápido, pero noté cómo la luz cambiaba mientras las nubes se deslizaban sobre las montañas. Tuvimos una mañana libre para simplemente respirar y acostumbrarnos a la altura (créeme, lo vas a necesitar). Más tarde, por la tarde, nuestro guía nos recogió para un recorrido por la ciudad. Primero visitamos Koricancha, el Templo del Sol. Aún se puede ver dónde la piedra inca se une con los muros coloniales españoles. Luego fuimos a Sacsayhuamán; esas piedras gigantes encajan tan perfectamente que ni una moneda se puede colar entre ellas. El viento allá arriba es cortante y huele ligeramente a eucalipto. Qenqo tenía un aire misterioso, con pasadizos oscuros tallados en la roca, y las piedras rojas de PucaPucara brillaban con el sol que bajaba. Por último, Tambomachay, donde el agua corre por todas partes y es fácil imaginar por qué los incas consideraban este lugar sagrado.
El día siguiente empezó temprano con un viaje entre campos que parecían un mosaico rumbo a Pisac. El mercado aún no estaba lleno, solo algunos locales montando sus puestos con mantas tejidas y frutas que olían dulce incluso desde lejos. Las ruinas de Pisac se alzan sobre terrazas que parecen escalones verdes bajando la montaña. Almorzamos en Urubamba con un buffet: sopa de quinua, maíz tostado y algo llamado “ají” que me dejó los labios cosquilleando. La fortaleza de Ollantaytambo es empinada; subir esas terrazas mientras nuestro guía contaba historias sobre los Baños de la Princesa me hizo olvidar lo sin aliento que estaba. Por la noche tomamos un tren hacia Aguas Calientes, con las ventanas abiertas para sentir el aire de la selva y escuchar el río abajo.
El día de Machu Picchu significa despertarse antes del amanecer (vale totalmente la pena). El bus serpentea por un bosque envuelto en niebla; a veces se ven llamas pastando en las laderas. Nuestro guía nos llevó por el Circuito 1, con muchas vistas clásicas, y señaló rincones ocultos que nunca habría encontrado solo: pequeñas orquídeas creciendo en grietas de piedra, grabados desvanecidos en las puertas. Después tuvimos tiempo para almorzar en el pueblo (la trucha está deliciosa), y luego tomamos el tren y el bus de regreso a Cusco mientras el crepúsculo caía sobre el valle.
Maras y Moray me sorprendieron: las piscinas de sal brillaban blancas bajo el sol intenso, y de hecho podías probar pequeños cristales de sal si querías (yo lo hice). Las terrazas circulares de Moray son extrañas y hermosas; nuestro guía explicó que los incas las usaban como un laboratorio agrícola porque cada nivel tiene su propio microclima. Si prestas atención, se escucha un zumbido tranquilo de abejas.
La caminata al Lago Humantay comienza antes del amanecer: mantos de niebla cubren todo hasta que llegamos a Mollepata para desayunar (un café fuerte ayuda mucho). El sendero es empinado pero no imposible; flores silvestres bordean partes del camino y a veces pasan caballos cargando provisiones para otros caminantes. Cuando llegamos a la Laguna Humantay a 4,250 metros, me quedé quieto para recuperar el aliento: el agua realmente cambia de color según dónde estés y cómo se muevan las nubes arriba.
En nuestra última mañana tuvimos tiempo para pasear por la Plaza de Armas o simplemente relajarnos en un café cerca de San Blas antes de ir al aeropuerto. Si te interesa la gastronomía peruana o quieres una última aventura, hay opción de tomar una clase de cocina o aprender a preparar un pisco sour antes de partir.
Las entradas a Machu Picchu dependen de la disponibilidad del Ministerio de Cultura de Perú; aseguraremos el Circuito 1 o 2 si es posible o te reembolsaremos el paquete si no hay cupos.
La caminata es de dificultad moderada por la altitud, pero se proporcionan bastones y hay tiempo suficiente para descansar durante el recorrido.
¡Sí! Incluye desayunos diarios y almuerzos en Urubamba, Aguas Calientes y Mollepata durante las excursiones principales.
Te hospedarás en hoteles cómodos de 3 estrellas en Cusco y Aguas Calientes, todos céntricos para que puedas explorar a pie fácilmente.
Tu tour incluye traslados aeropuerto-hotel, todo el transporte terrestre entre sitios, entradas (incluyendo circuitos 1 o 2 de Machu Picchu), guías locales profesionales en cada destino, alojamiento cada noche en hoteles de estándar 3 estrellas, desayunos diarios y almuerzos selectos (buffet en Urubamba, almuerzo en Aguas Calientes tras la visita a Machu Picchu, desayuno/almuerzo en Mollepata), bastones para caminatas como la del Lago Humantay, soporte de oxígeno si es necesario para la adaptación a la altura, y muchos consejos de expertos que crecieron en la zona.
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