Recorre el barrio De Pijp de Ámsterdam con un guía local, probando desde broodje pom hasta arenque en el Mercado Albert Cuyp. Risas con los vendedores, historias detrás de cada bocado y muchas oportunidades para saborear clásicos holandeses como kroketten o poffertjes. Un plan relajado pero lleno de vida — saldrás satisfecho (y con ganas de otro stroopwafel).
Lo primero que me impactó fue el aroma — una mezcla de masa frita, pescado fresco y café que flotaba por De Pijp mientras esquivábamos bicicletas y locales charlando en neerlandés. Nuestra guía, que se hacía llamar “Madre Pájaro”, nos llamó hacia un puesto diminuto en el Mercado Albert Cuyp. Me dio un broodje pom (nunca lo había probado), calentito y con un toque picante, y traté de no mancharme la chaqueta con la salsa. El dueño del puesto se rió cuando intenté pronunciarlo — parece que con las palabras surinamesas soy un desastre.
Recorrimos calles estrechas donde los edificios se inclinan un poco, como si quisieran escuchar el bullicio del mercado. En un momento, alguien preguntó por la historia de las tiendas “Toko” — nuestra guía explicó cómo las familias indonesias y surinamesas han marcado la gastronomía local durante décadas. Olía a salsa de soja dulce en una puerta, y de repente estábamos mordiendo kroketten tan calientes que casi me quemo la lengua. El clima cambiaba constantemente: sol un rato, llovizna al siguiente. A nadie parecía importarle mucho.
No esperaba que me gustara el arenque, pero ahí estábamos, alrededor de un barril mientras la guía nos mostraba cómo lo comen los locales (crudo, con cebolla). No fue tan raro como pensaba — salado, suave, y hasta adictivo. Alguien compró poffertjes espolvoreados con azúcar glas; se deshacían en mi boca mientras un niño pasaba en patinete gritando algo alegre. Terminamos compartiendo historias con un café fuerte en un bar que parecía detenido en los años 70. Todavía recuerdo esa vista calle abajo — neones parpadeando sobre adoquines mojados — cada vez que pruebo un stroopwafel.
El tour dura unas 4.5 horas.
Sí, incluye entre 7 y 9 degustaciones de comida callejera y bebidas.
Sí, el Mercado Albert Cuyp es una de las paradas principales.
La información no especifica opciones vegetarianas; consulta directamente con los organizadores.
Sí, todas las zonas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Incluye café, té o cerveza junto con las degustaciones de comida.
Los grupos son pequeños para facilitar la conversación, aunque no se especifica el tamaño exacto.
Comidas holandesas e internacionales como arenque, broodje pom, kroketten, poffertjes, stroopwafels y sandos japoneses.
Tu día incluye paseos guiados por De Pijp y el Mercado Albert Cuyp con degustaciones de 7 a 9 tipos de comida callejera (suficiente para almuerzo o brunch), además de café, té o cerveza durante el recorrido — todo acompañado por un guía local que conoce bien estos lugares familiares.
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