Deslízate por los canales invernales de Ámsterdam rodeado de esculturas luminosas, con bebidas calientes en mano y relatos de un guía local. Con asientos calefactados, mantas, snacks y sin multitudes, descubrirás el arte de la ciudad desde una perspectiva única — una experiencia que queda contigo mucho después de volver a tierra.
Lo primero que noté fue el silencio — solo el suave chapoteo del agua contra el casco y esos estallidos de color reflejados en el canal. Apenas salimos de Prinsengracht cuando nuestro guía, Jeroen, señaló una escultura que parecía flotar en el aire. Nos contó que el artista de este año era japonés. Intenté sacar una foto, pero la verdad es que no logró captar cómo la luz brillaba sobre el agua ni ese instante en que todos a bordo nos quedamos callados, simplemente mirando.
Tenía las manos envueltas alrededor de una taza con algo caliente (también había cerveza y Prosecco, pero yo soy más de té). El asiento calefactado era tan cómodo que casi me quedo dormido, si no fuera por las risas cuando alguien intentó pronunciar “Grachtengordel”. Jeroen sonrió y dijo que incluso los locales se traban a veces. Había mantas por todas partes; alguien se cubrió las rodillas y suspiró como si nunca antes hubiera estado tan a gusto en invierno. Las casas del canal se veían distintas de noche — más suaves, de alguna forma — y de vez en cuando alguien saludaba desde un puente.
Navegamos pasando Jordaan y siguiendo el río Amstel, recorriendo estas increíbles instalaciones de luz. Algunas eran enormes y brillantes; otras casi se te escapaban hasta que Jeroen las señalaba con un orgullo tranquilo. Compartió pequeñas historias sobre cada obra o sobre cómo creció cerca — nada preparado, solo cosas reales. En un momento se detuvo para que pudiéramos escuchar las campanas de una iglesia resonando por el canal. No esperaba que eso me marcara, pero así fue.
El tour dura 90 minutos desde la salida hasta el regreso.
El barco zarpa desde Prinsengracht 375, en el centro de Ámsterdam.
Sí, incluye agua, refrescos, cerveza y Prosecco.
El barco cuenta con asientos calefactados, mantas y un techo retráctil opcional para mantener el calor.
Sí, los bebés pueden ir en cochecito y es accesible para todos los niveles de movilidad.
Un guía local ofrece comentarios en vivo durante todo el paseo.
El tour funciona en cualquier clima; se recomienda vestir ropa adecuada.
Tu noche incluye un paseo privado de 90 minutos por los canales con comentarios en vivo de un guía local (o capitán), snacks y bebidas como cerveza o Prosecco, asientos calefactados para mayor comodidad en el frío, mantas para abrigarte y protección contra viento o lluvia gracias a un techo retráctil opcional, regresando finalmente a Prinsengracht 375.
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