Si buscas amaneceres auténticos en el Himalaya, rinocerontes salvajes en el Parque Nacional de Chitwan, además de templos y cuevas en Pokhara, todo sin preocuparte por traslados o guías, este tour de 6 días por Nepal lo tiene todo, con conocimiento local y muchas sorpresas en el camino.
Aterrizar en Katmandú siempre se siente como entrar en otro mundo: el aire mezcla incienso con el polvo de la ciudad. Nuestro guía nos esperaba justo afuera de llegadas, fácil de reconocer con un cartel pequeño. Subimos al van y nos dirigimos hacia el este, dejando atrás el ruido urbano. El camino a Nagarkot serpentea entre pequeños pueblos donde los niños saludan a los coches que pasan. Ya entrada la tarde, llegamos a nuestro hotel, ubicado sobre campos en terrazas. El cielo comenzaba a teñirse de dorado. Los locales dicen que el mejor lugar para ver el atardecer está a un corto paseo desde la carretera principal; nuestro guía nos llevó hasta allí y, sinceramente, se entiende por qué la gente viaja tanto solo por esa vista. Aquí arriba, después de oscurecer, hace frío rápido, así que no olvides una chaqueta.
La mañana siguiente empezó antes del amanecer: Nagarkot es famoso por sus vistas del sol saliendo sobre el Himalaya. Recuerdo estar en el balcón con una taza de té nepalí dulce, viendo cómo Annapurna y el Everest emergían lentamente entre la neblina. Tras un desayuno sencillo pero contundente —huevos, tostadas y café fuerte— partimos hacia el sur rumbo a Chitwan. El viaje es largo, pero se nota cómo Nepal cambia rápido: las montañas dan paso a tierras bajas y selva. En la ciudad de Chitwan, nuestro nuevo guía nos recibió con una gran sonrisa y nos alojó en un hotel familiar donde ya nos esperaba el almuerzo: dal bhat, encurtidos picantes y papad fresco.
El Parque Nacional de Chitwan es otro mundo: exuberante y lleno de sonidos de aves que no se oyen en ningún otro lugar. Subimos a un jeep abierto para el safari; vimos rinocerontes pastando cerca de los charcos y hasta un cocodrilo tomando el sol en la orilla del río. Más tarde, probamos a remar en canoa por el río Rapti, un paseo tranquilo salvo por los chapoteos de peces saltando o monos moviéndose entre las ramas. Por la noche, disfrutamos de un espectáculo de danza cultural Tharu en un salón de la aldea cercana; es algo turístico, pero muy divertido, sobre todo cuando invitan a todos a participar.
Después de dos noches en Chitwan (con todas las comidas incluidas —no te pierdas el yogur casero en el desayuno—), nos dirigimos hacia el oeste, a Pokhara. El paisaje cambia de nuevo: arrozales por doquier y picos lejanos asomando entre las nubes. Pokhara se siente más relajado que Katmandú, un pueblo junto al lago donde todo va más despacio. A primera hora, nuestro conductor nos llevó a Sarangkot antes del amanecer; hace frío, pero vale la pena por esos primeros rayos rosados que iluminan Machapuchare, la montaña “Cola de Pez”. De vuelta en la ciudad, tras el desayuno, visitamos el templo Bindhyabasini (con muchas campanas sonando), vimos cómo el agua desaparece en la cascada Devi (los locales la llaman Patale Chhango), entramos en la cueva Gupteshwor Mahadev (lleva linterna) y paramos en el desfiladero del río Seti, un estrecho cañón de agua blanca que corta la roca.
El último día fue principalmente para regresar a Katmandú, con un vuelo corto sobre colinas verdes y campos en mosaico. Nuestro conductor nos recogió en el aeropuerto Tribhuvan y nos dejó en el hotel para pasar una última noche en la ciudad antes de partir. Si tienes tiempo antes del vuelo, prueba los momos en cualquier puesto callejero: son baratos y siempre están calientes.
Sí, está pensado para todos los niveles de condición física, con vehículos privados en todo momento y horarios flexibles para las visitas.
El desayuno está incluido en los hoteles de Nagarkot, Katmandú y Pokhara; todas las comidas se proporcionan durante la estancia en Chitwan.
Te alojarás en hoteles cómodos en cada destino, con habitaciones limpias y carácter local; nada lujoso, pero con un servicio confiable en todas partes.
Tomarás un vuelo doméstico corto de Pokhara a Katmandú; los traslados están organizados en ambos sentidos con vehículo privado.
Tu excursión incluye hoteles con desayuno en Nagarkot, Katmandú y Pokhara; todas las comidas durante la estancia en Chitwan; traslados en vehículo privado durante todo el recorrido; vuelo doméstico de Pokhara a Katmandú; además de guías locales profesionales que conocen a fondo cada lugar.
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