Conoce a locales en templos sagrados, camina por plazas reales llenas de vida, ríe con tu guía y disfruta un almuerzo entre artesanos en Bhaktapur. De rituales humeantes en Pashupatinath a momentos de calma bajo la mirada de Boudhanath, este tour de un día por Kathmandu te deja mucho más que fotos.
Todo empezó cuando Binod nos saludó desde detrás de una nube de incienso cerca de Swayambhunath — el Templo de los Monos. Me dio un pétalo de caléndula y dijo algo sobre la suerte, pero yo estaba más pendiente de los monos que correteaban a nuestros pies (uno casi me roba la botella de agua). La subida fue más empinada de lo que esperaba, y tuve que parar varias veces para recuperar el aliento — o tal vez para admirar las banderas de oración ondeando contra la neblina del valle de Kathmandu. Nuestro guía nos contó que tanto budistas como hindúes vienen aquí; si te quedas quieto, puedes escuchar cantos desde dos direcciones diferentes. Hay una paz extraña, a pesar del caos que se siente abajo.
Después seguimos por calles estrechas hasta la Plaza Durbar de Kathmandu. Había palomas por todos lados — volando tan cerca que sentías el aire de sus alas — y niños vendiendo pequeñas lámparas de barro. El guía nos contó historias de reyes y terremotos (no imaginaba que tantos edificios aún estuvieran en reparación), pero lo que más me quedó fue ver a un anciano dando de comer a perros callejeros en las escaleras del palacio. El almuerzo fue una caja picnic en Bhaktapur: plátano, muffin, jugo — sencillo, pero sentado en un borde de ladrillo rojo viendo a los alfareros moldear vasijas, sabía mucho mejor. El aire olía a humo de leña y a té con leche dulce de algún lugar cercano.
Confieso que para cuando llegamos a Changu Narayan mis piernas ya estaban cansadas y mi cabeza llena — hay tantos detalles por todos lados: ventanas talladas, campanas, gente inclinándose o riendo en pequeños destellos de nepalí. Binod se rió cuando intenté pronunciar “Nyatapola” en Bhaktapur (la verdad la arruiné). En Pashupatinath vimos el humo elevarse al otro lado del río y me sentí extrañamente en silencio; es difícil no estarlo al ver familias reunidas en rituales justo en público. El guía explicó todo con respeto, sin convertirlo en un espectáculo.
La última parada fue la estupa de Boudhanath — la luz dorada iluminando esos ojos pintados de Buda mientras los monjes giraban sus ruedas de oración. Ese olor a lámparas de mantequilla e incienso se queda pegado a la ropa. Nos quedamos allí un buen rato, casi sin hablar. A veces sigo pensando en esa vista — todo tan lleno de vida pero a la vez tan tranquilo.
El tour es de día completo y cubre los siete sitios Patrimonio Mundial en el valle de Kathmandu.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel en transporte privado con aire acondicionado.
Recibirás una caja con agua, muffin, dona, plátano, fruta de temporada y jugo; algunas opciones incluyen platos locales.
Sí, las entradas a los siete sitios UNESCO están incluidas si eliges la opción todo incluido.
Sí, está pensado para todo tipo de condición física, aunque hay algunas escaleras en ciertos templos.
Incluye Swayambhunath (Templo de los Monos), Plaza Durbar de Kathmandu, Plaza Durbar de Patan, Plaza Durbar de Bhaktapur, templo Changu Narayan, templo Pashupatinath y estupa Boudhanath.
Sí, un guía profesional de habla inglesa acompaña todo el día.
Puedes elegir entre tour privado o en grupo según prefieras.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en vehículo privado, entradas a los siete sitios UNESCO (con opción todo incluido), caja de almuerzo con snacks y bebidas o comida local según tu reserva, además de la guía de un experto local de habla inglesa durante todo el recorrido por el valle de Kathmandu, para regresar cómodo por la tarde.
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