Recorrerás las calles serpenteantes de Oxford con una investigadora universitaria que te guiará por historias de colegios femeninos, vidas queer como la de Laurence Michael Dillon y resistencias cotidianas en el mundo académico. Prepárate para charlas sinceras, pequeñas sorpresas (y risas), y tiempo para reflexionar sobre qué historias se cuentan aquí y por qué importan.
Casi pierdo al grupo en el antiguo hospital — resulta que pasé de largo sin darme cuenta, demasiado distraída admirando la piedra. Nuestra guía, Maya, me hizo señas con una sonrisa y dijo que eso les pasa a todos. Así empezó todo: nada formal, solo una curiosidad sincera por las capas ocultas de Oxford. Nos quedamos un rato charlando sobre cómo tantas historias están justo frente a nosotros sin que las veamos. Se olía café cerca, un aroma fuerte que contrastaba con la humedad de las piedras.
Frente a uno de los colegios femeninos de Oxford, Maya preguntó si alguien sabía cuándo las mujeres pudieron estudiar aquí por primera vez. Alguien se equivocó (yo). Ella se rió y nos contó las primeras dificultades — algunos profesores se negaban a dar clase si había mujeres presentes. Era increíble escucharlo mientras veíamos pasar a estudiantes en bici como si nada. En la primera guardería para académicas hablamos de la dificultad que tenían las madres en la vida universitaria. Tocando un muro de ladrillo frío pensé en cuánto ha cambiado todo, pero también en lo que sigue igual, ¿sabes?
La historia de Laurence Michael Dillon me marcó — Maya explicó su vida como hombre trans en Oxford hace décadas. No lo endulzó; al terminar hubo un silencio, solo el eco de nuestros pasos por las callejuelas antiguas. Más tarde paseamos por Wadham College, donde tallas de mujeres de siglos atrás nos miraban desde arriba, algunas nobles, otras no tanto. Intenté pronunciar un nombre en latín y Li (otra viajera) se rió a carcajadas — y con razón.
Junto a la oficina del rector, Maya señaló dónde se aplicaban normas para que las mujeres ni siquiera se vieran en ciertos lugares después del anochecer. Me hizo pensar en quiénes quedan en la memoria de estas ciudades y quiénes no. El tour terminó sin grandes despedidas — solo unos cuantos charlando sobre lo que más nos sorprendió. A veces sigo recordando ese momento frente a Wadham cuando paso por edificios antiguos en otros lugares.
Sí, la ruta es accesible para sillas de ruedas y también apta para cochecitos.
La ruta la lideran investigadoras universitarias formadas por Uncomfortable Oxford™.
Sí, incluye relatos como el de Laurence Michael Dillon, hombre trans en Oxford.
El punto de encuentro es el antiguo hospital en el centro de Oxford.
Sí, los animales de servicio son bienvenidos durante el recorrido.
Tu experiencia incluye una guía formada por Uncomfortable Oxford™ — siempre una investigadora universitaria — y una ruta accesible para sillas de ruedas y cochecitos. Hay opciones de transporte público cerca, así que llegar es sencillo; podrás concentrarte en escuchar historias reales sin preocuparte por la logística.
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