Recorrerás tres pisos llenos de memorabilia Beatles: desde guitarras originales y cartas manuscritas hasta vídeos raros y objetos curiosos. El personal amable comparte historias detrás de cada pieza mientras exploras a tu ritmo. Seas fan de toda la vida o solo tengas curiosidad, te esperan sorpresas y quizá te vayas tarareando alguna canción.
Lo primero que me llamó la atención fue el eco apagado de “Twist and Shout” subiendo por la escalera—alguien tarareaba detrás de mí también. El Museo Beatles de Liverpool está justo en pleno Mathew Street, que ya vibra de energía antes de entrar. Hay un olor a madera vieja mezclado con algo más fuerte—quizá cera o simplemente el paso del tiempo. Tres pisos (o cinco si cuentas cada nivel) llenos de cosas que solo había visto en fotos borrosas: las medallas de Lennon de Sgt Pepper, el amplificador maltrecho de bajo de Paul, un violonchelo blanco que parecía fuera de lugar pero que apareció en Magical Mystery Tour.
Li, una de las encargadas, me pilló mirando una carta llena de garabatos de John y me contó que la encontraron en un bolsillo de una chaqueta vieja. Se rió cuando intenté leer en voz alta la letra borrosa—claro, destrocé el acento. Hay asientos originales del Shea Stadium y Candlestick Park (¡de verdad!), y de vez en cuando alguien suelta un suspiro o un “no puede ser” en voz baja. El museo no es lujoso ni brillante—se siente como pasear por el desván de alguien, si ese desván perteneciera a cuatro chicos que cambiaron la música para siempre. No esperaba sentirme tan cerca de ellos, sobre todo viendo su equipo de estudio tan de cerca. La excursión al Museo Beatles desde cualquier punto de Liverpool es sencilla porque está al lado del transporte público, pero te aviso que puedes perder la noción del tiempo dentro.
Sigo pensando en aquel viejo monitor de Abbey Road Studios—allí, como si no fuera parte de la historia. Había familias con niños pequeños, parejas mayores agarradas de la mano, fans en solitario como yo disfrutando en silencio. No es solo para súper fans; aunque solo conozcas algunas canciones, ver esas cartas personales y vídeos caseros te llega de otra forma. Hay un lugar para dejar mochilas y cochecitos, muy útil porque llevaba la mochila llena (impermeable que nunca usé pero siempre llevo). En fin, me fui tarareando “Hey Jude,” probablemente desafinado—pero en Mathew Street a nadie le importó.
El museo cuenta con más de 1,000 objetos auténticos de los Beatles repartidos en varios pisos.
Está en Mathew Street, en el centro de Liverpool, dentro de un edificio catalogado de grado II.
Sí, hay espacio para guardar cochecitos y equipaje durante la visita.
Sí, verás guitarras y baterías originales de los primeros días de la banda en Hamburgo.
Tu entrada permite visitar todos los pisos con exposiciones llenas de memorabilia.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden entrar con cochecitos o carritos permitidos dentro.
Hay varias opciones de transporte público cerca de Mathew Street para llegar fácilmente.
Sí, los animales de servicio están permitidos en todo el museo.
Tu visita incluye entrada completa a todos los pisos del Museo Beatles en Liverpool más un espacio seguro para cochecitos o equipaje; todos los impuestos y tasas están incluidos para que solo te preocupes por disfrutar de la memorabilia única en pleno centro de Liverpool.
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