Recorrerás las calles de Manchester probando quesos que probablemente aún no puedas pronunciar (tranquilo, nadie podía), conocerás a locales apasionados detrás del mostrador y te divertirás con un quiz tonto mientras brindas con burbujas. Risas, favoritos inesperados y recuerdos que quedan mucho después del último bocado.
Jamás imaginé que un sábado en Manchester empezaría oliendo un trozo de Lancashire desmenuzable mientras todos intentaban adivinar su edad (yo fallé por mucho). La ciudad tiene otro aroma cuando sigues a alguien que conoce a todos los queseros por su nombre—nuestra guía, Sophie, tenía la costumbre de detenerse a mitad de frase para saludar a los tenderos o señalar dónde hacen “el mejor azul, si te atreves”. Nos dio servilletas pequeñas y juro que mis dedos olían a queso un buen rato después.
Entramos en un par de tiendas que había pasado mil veces sin fijarme. Dentro, el aire era fresco y punzante, como ese primer olor al abrir la nevera en casa, pero mejor. Hubo un momento en que todos intentamos pronunciar “Wensleydale” correctamente (Li se rió cuando lo intenté en mandarín—seguro que lo destrocé). El quiz de quesos se volvió competitivo rápido; el papá de alguien sabía demasiado sobre cortezas francesas. Y sí, hubo burbujas—nada sofisticado, pero justo para relajarnos y compartir anécdotas sobre nuestras experiencias más locas con quesos.
La verdad, no esperaba aprender tanto sobre cómo se hace el queso aquí en el noroeste. Sophie nos contó de un artesano local famoso por su Lancashire que se deshace en la boca justo como debe ser—incluso nos mostró el escaparate donde a veces saluda si está por ahí (hoy no, pero igual la próxima). Al final, tenía el estómago lleno pero con ganas de más. Comer con desconocidos tiene algo que hace que la ciudad se sienta más pequeña y acogedora. Sigo pensando en ese azul intenso que probamos cerca de St Ann’s Square… creo que tendré que volver por él.
La ruta dura aproximadamente 2 horas de principio a fin.
Sí, incluye varias degustaciones de queso durante el recorrido.
Se incluye un poco de burbujeante para acompañar las catas.
Un guía profesional acompaña al grupo durante todo el tour.
Es recomendable llegar al menos 15 minutos antes para no perder el inicio.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de los puntos de encuentro.
Los bebés son bienvenidos pero deben ir en el regazo de un adulto; hay asientos especiales para bebés si se necesitan.
Tu paseo de dos horas incluye generosas catas de quesos de las mejores tiendas de Manchester, una copa de burbujas para disfrutar durante el recorrido, juegos y quizzes divertidos guiados por tu acompañante—todo en buena compañía y con mucho sabor local.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?