Pasarás junto a Big Ben y Tower Bridge, escucharás historias de tu guía local sobre los iconos del río y desembarcarás en el histórico Greenwich, donde te esperan barcos antiguos y parques llenos de verde. Prepárate para sorpresas pequeñas — un chiste del guía, el sol reflejándose en la cúpula de San Pablo — y tiempo para explorar a tu ritmo.
No esperaba que el río se sintiera tan vivo — no solo agua, sino todo un escenario en movimiento para Londres. Subimos en el muelle de Westminster, justo bajo el reloj de Big Ben (que en realidad es más pequeño de lo que imaginaba, pero quizá eso solo me pasó a mí). El barco tenía un zumbido suave y un leve olor a diésel mezclado con café de un termo cercano. Nuestro guía empezó a hablar por los altavoces, señalando el London Eye mientras pasábamos — familias saludando desde esas cabinas de cristal, un par de niños pegando la cara a las ventanas. Había gente, pero no estaba abarrotado; aún podías encontrar un lugar junto a la barandilla para tomar aire.
Cerca de la Catedral de San Pablo, me di cuenta de que había dejado de escuchar el audio en mi móvil y solo miraba la ciudad deslizarse — las paredes de ladrillo de la Tate Modern, gente paseando por South Bank con paraguas aunque no llovía. En Tower Bridge, todos se movieron para sacar fotos (yo desistí tras tres intentos y me quedé mirando). El guía tenía un humor seco — “Eso es el HMS Belfast, no un pub de verdad,” bromeó cuando alguien preguntó por bebidas a bordo. Me gustó que no tuviera prisa; a veces hacía pausas para que disfrutáramos la vista o señalaba detalles pequeños, como una barcaza pintada o gaviotas volando bajo sobre el agua.
Greenwich llegó antes de lo que esperaba. Se sentía un toque salado en el aire cerca del Cutty Sark — quizás mi imaginación o algo real de todos esos barcos antiguos atracados. Una pareja a mi lado debatía si subir primero al Observatorio Real o comer algo en el mercado de Greenwich (ganó el mercado). Paseé un rato por el Old Royal Naval College; la luz del sol iluminaba esos techos pintados y se sentía un silencio extraño tras el ruido del río. Sinceramente, todavía pienso en ese momento — cómo puedes ver tanto de Londres en una hora y aun así sentir que solo has rozado la superficie.
El crucero de Westminster a Greenwich dura aproximadamente 1 hora en un solo sentido.
Sí, hay comentarios en vivo durante el recorrido y también audio en varios idiomas vía Wi-Fi en tu smartphone.
El crucero sale desde el muelle de Westminster, en el centro de Londres.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden viajar en cochecito o carrito en este crucero.
Sí, el barco es accesible para pasajeros con movilidad reducida.
Sí, el barco cuenta con baños para los pasajeros.
Verás Big Ben, Tower Bridge, la Catedral de San Pablo, HMS Belfast, Cutty Sark y más a lo largo del recorrido.
No incluye entradas; podrás visitar lugares como Cutty Sark o el Observatorio Real después de desembarcar.
Tu día incluye el trayecto de ida desde el muelle de Westminster hasta Greenwich con comentarios en vivo en inglés y guías de audio en seis idiomas disponibles en tu móvil vía Wi-Fi. Tendrás acceso a baños a bordo y podrás llevar cochecitos o sillas de ruedas sin problema antes de explorar Greenwich a tu ritmo.
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