Recorre las calles georgianas de Bath con Bob, escuchando historias de monjes, arquitectos y la vida cotidiana detrás de esas imponentes fachadas. Toca piedras milenarias en las Termas Romanas, siente los aromas del mercado Guildhall y conecta con el pasado y presente de Bath, especialmente si te quedas para la última historia.
Partimos desde Abbey Churchyard, justo frente a Bath Abbey — imposible no verlo, toda de piedra color miel y con ese leve eco de los ensayos del coro flotando en el aire. Bob ya estaba ahí, saludando con su paraguas como si fuera una bandera. Éramos unos diez, así que más que un tour parecía una salida con amigos. Empezó contándonos una historia sobre monjes escondiendo pan (no la arruino), y supe que no sería uno de esos paseos donde solo asientes y olvidas todo a la hora del almuerzo.
El lado georgiano de la ciudad está en todas partes — esos grandes crescents y fachadas perfectas — pero Bob señalaba detalles que yo ni habría notado. Como las marcas gastadas en los escalones de Queen Square o cómo The Circus se alinea con el solsticio (me hizo entrecerrar los ojos para verlo; no estoy seguro de haberlo conseguido). Cerca de las antiguas Termas Romanas el aire olía a mineral, algo metálico y cálido a la vez, lo que me sorprendió. Nos hizo tocar la piedra del puente Pulteney — lisa y fresca aunque el sol brillaba. Intenté imaginar a Jane Austen esquivando carruajes por aquí, pero terminé tropezando conmigo mismo.
En un momento, frente al Royal Mineral Water Hospital, una señora mayor que pasaba saludó a Bob con un gesto — al parecer lleva años haciendo esto. Él respondió y nos contó sobre su primer invierno en Bath, cuando todo se congeló menos los manantiales (esa imagen me quedó grabada). También paseamos por Guildhall Market; alguien vendía fudge con un aroma tan dulce que casi me distrae de los datos que Bob compartía sobre la obsesión de John Wood por la simetría. Se rió cuando le pregunté si alguien se pierde entre tantos crescents — “Solo después de unas pintas”, dijo.
El tour terminó donde empezó, pero nadie tenía ganas de irse. Algunos nos quedamos charlando con Bob sobre los fantasmas de Bath (tiene opiniones fuertes) mientras el sol brillaba en las ventanas de la abadía. No fue solo visitar lugares, sino como tomar prestados recuerdos ajenos por un par de horas. Si buscas un tour a pie por Bath que se sienta auténtico y cercano, este es el indicado.
El tour dura aproximadamente 2 horas.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
El tour comienza en Abbey Churchyard, frente a Bath Abbey.
El grupo está limitado a 12 personas por tour.
Sí, se permiten bebés y niños pequeños en cochecito o carriola.
No incluye entradas; es un paseo guiado que pasa por esos lugares.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
Pasarás por Guildhall Market durante el recorrido.
Tu día incluye un tour guiado a pie de dos horas por el centro de Bath con Bob — con paradas en Royal Crescent, The Circus, Assembly Rooms, Termas Romanas (desde fuera), Queen Square, puente Pulteney, Guildhall Market y más, para luego volver a Abbey Churchyard a tu ritmo.
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