Recorrerás templos ancestrales, volarás en un columpio sobre terrazas de arroz esmeralda, conocerás monos traviesos en el bosque sagrado de Ubud y te refrescarás bajo la cascada Tegenungan, todo con un guía local que te contará historias en el camino. Prepárate para risas, nuevos sabores y aromas, y momentos de calma que recordarás mucho después de que Bali quede atrás.
“No le tienes miedo a los monos, ¿verdad?” nos sonrió nuestro conductor Wayan mientras llegábamos al Bosque Sagrado de los Monos. Me reí, aunque la verdad estaba un poco nerviosa. Los macacos se movían rápidos a nuestro alrededor, su pelaje casi del mismo gris polvoriento que las piedras del templo. Uno se sentó en la barandilla, mirando mi botella de agua como si fuera su próxima botana. Wayan nos contó que los locales creen que estos monos protegen el bosque, pero también nos advirtió que cuidáramos nuestras gafas de sol. Aún escucho sus chillidos cuando pienso en Ubud.
Habíamos empezado temprano en las terrazas de arroz de Tegalalang, con la niebla aún colgando sobre esos interminables escalones verdes. Es más tranquilo de lo que Instagram muestra; si te quedas quieto un momento, puedes oír el agua corriendo entre los arrozales. El columpio daba un poco de miedo al principio (es más alto de lo que parece), pero una vez arriba, con las piernas colgando sobre todo ese verde, se te olvida todo lo demás. Mi amiga casi se le cae una sandalia en pleno vuelo y no podíamos parar de reír.
La excursión desde Ubud no dejó de sorprenderme. En el Templo Batuan, vimos a una familia con sarongs coloridos cargando canastas de flores para una purificación; Wayan nos explicó que cada ofrenda tiene un significado especial aquí. El aire olía a incienso y piedra mojada tras la lluvia de la noche anterior. La cascada Tegenungan era más fuerte de lo que esperaba; estar bajo ella era como estar dentro de un tambor. Nos refrescamos con su rocío y vimos a niños saltando de las rocas como si llevaran toda la vida haciéndolo.
También hubo tiempo para perderse un poco: el pueblo de Mas para ver tallado en madera (el olor a serrín fresco queda en el aire), Celuk donde el brillo de la plata está en todas partes, y una rápida visita al Mercado de Arte de Ubud, donde regatear es casi parte de la diversión (yo fui pésima). Ya al atardecer, en el Campuhan Ridge Walk, la luz se colaba entre la hierba alta y todo parecía ir más despacio por un instante. No sé por qué esa parte me quedó tan grabada.
Esta excursión privada cubre las principales atracciones de Ubud en un día completo, aproximadamente 8-10 horas incluyendo traslados.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel en transporte privado con aire acondicionado.
Sí, durante el tour hay tiempo para nadar bajo la cascada Tegenungan.
Las entradas a las terrazas de arroz de Tegalalang, el Santuario del Bosque Sagrado de los Monos, el Templo Batuan y la cascada Tegenungan están incluidas.
El tour no menciona almuerzo incluido; es recomendable llevar algo para picar o preguntar al guía sobre paradas para comer.
El tour es apto para todos los niveles; los bebés pueden ir en cochecito o sentados en el regazo de un adulto durante los traslados.
Tu conductor/guía habla inglés durante todo el día en Ubud.
Zapatos cómodos para caminar (especialmente en las terrazas), traje de baño para la cascada, protección solar y quizá ropa para cambiarte si planeas nadar.
Tu día incluye recogida y regreso privado al hotel en vehículo con aire acondicionado, entradas a Tegalalang, Santuario del Bosque de Monos, Templo Batuan y cascada Tegenungan, y tiempo para disfrutar del famoso columpio en la selva antes de volver cansado pero feliz.
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