Remarás el río Ayung en Bali con un guía local, pasando acantilados selváticos y cascadas escondidas, con paradas para nadar en tramos tranquilos. Tras el rafting, te esperan duchas calientes y un almuerzo buffet con vistas a colinas verdes — momentos que recordarás mucho después de que se sequen tus zapatos.
Bajamos dando golpes por esos escalones de piedra hacia el río Ayung, los cascos resbalaban en nuestras cabezas y los remos chocaban contra nuestras rodillas. El aire estaba denso — se olía a hojas mojadas y a algo dulce que no supe identificar. Nuestro guía, Wayan, nos sonrió como si hubiera visto ese nerviosismo mil veces. Me pasó el chaleco salvavidas (un poco ajustado) y dijo algo como “solo sigue mi voz si te desorientas”. Me reí, pero guardé ese consejo.
El primer chapuzón fue más frío de lo que esperaba — no congelado, pero justo para despertarme. Pasamos junto a arrozales donde mujeres con sarongs coloridos nos saludaban desde la orilla. El sonido del agua cambiaba cada pocos minutos: a veces era un rugido con salpicaduras, otras un susurro con pájaros sobre nosotros. Wayan señaló una cascada oculta tras unas lianas; paramos un momento para que nos enseñara a beber el agua con las manos. Lo intenté — sabía a lluvia y piedra.
Hubo tramos donde flotamos en silencio, con el sol filtrándose entre los árboles, y luego estallidos de gritos de todos (sobre todo míos). En una curva vimos niños jugando en las rocas — nos gritaron “hello!” en perfecto inglés. Me dolían los brazos, pero ya ni me importaba. Después de dos horas salimos del bote empapados y riendo, con los zapatos haciendo ruido al pisar.
Las duchas se sintieron casi tan bien como el río. El almuerzo era un buffet con vistas a colinas verdes — fideos fritos, satay de pollo, sandía que sabía a caramelo. La toalla de alguien se cayó del barandal y nadie se molestó en recogerla por un buen rato; todos estaban sentados comiendo o comentando qué rápido les había hecho gritar más. A veces todavía recuerdo esa vista desde el restaurante — la niebla subiendo de la selva mientras te secas en unas chanclas prestadas.
La parte de rafting dura aproximadamente dos horas en el río Ayung.
Sí, el almuerzo buffet está incluido tras la actividad de rafting.
Se incluye todo el equipo de seguridad como chalecos y cascos, además de un guía local experto.
Sí, es apto para todos los niveles físicos salvo quienes tengan ciertas condiciones de salud.
No se menciona recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
Debes llevar ropa seca para cambiarte después del rafting; hay duchas disponibles.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Tu día incluye todo el equipo de seguridad como chalecos y cascos, agua embotellada durante la aventura, guía local experto en el río Ayung de Bali, seguro durante toda la actividad, además de duchas y un almuerzo buffet en un restaurante local antes de regresar.
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