Explorarás lo mejor de Santorini: las callejuelas de Oia, las vistas épicas de la Roca Skaros, las cúpulas famosas de Firostefani y terminarás con vino local frente a la caldera, todo con la comodidad y el conocimiento de un guía que conoce cada atajo.
Lo primero que me impactó al salir en Oia fue la brisa salada, mezclada con el aroma a pan recién horneado que salía de una panadería escondida tras una puerta azul. Paseamos por esos famosos callejones empedrados, esquivando algún que otro gato callejero y parando cada pocos pasos para hacer fotos (de verdad, es imposible no hacerlo). Nuestra guía, María, nos mostró pequeñas galerías de arte que habría pasado por alto, y hasta entramos en una joyería donde la dueña nos contó la historia de su familia en la isla. ¿La vista de la caldera? No es solo para postales, verla en vivo es otra cosa.
Después fuimos a Imerovigli, más tranquilo que Oia pero igual de impresionante. El aire se sentía más fresco aquí arriba y se escuchaban las campanas de la iglesia resonando entre los acantilados. Caminamos despacio hasta la Roca Skaros; María nos explicó que este mirador formado por lava servía para vigilar a los piratas (difícil de imaginar ahora con tanta paz y cielo azul). Desde el borde, la panorámica del mar y el volcán es salvaje; me quedé parado un buen rato, escuchando el viento y viendo los barcos deslizarse abajo.
Firostefani fue una parada rápida pero vale la pena por “Las Tres Campanas”, esa iglesia de cúpulas azules que todos fotografían. Cerca hay una cafetería donde los locales toman café a la sombra; si tienes tiempo, pide un espresso y simplemente disfruta del ambiente. La última parada fue la bodega Santo Wines. Probamos un Assyrtiko blanco fresco mientras contemplábamos la caldera; la combinación de vino local y vistas infinitas es difícil de superar. El lugar se llena al atardecer, pero a media tarde estaba tranquilo y pudimos charlar con el personal sobre cómo el suelo volcánico influye en sus vinos.
¡Claro! Disponemos de sillas para bebés y se pueden llevar cochecitos. El ritmo es flexible para que los niños también disfruten.
¡Por supuesto! Solo dile a tu guía tus intereses al reservar o el mismo día, y ajustaremos la ruta para ti.
Nuestros vehículos son accesibles y la mayoría de las paradas también. Algunas zonas tienen empedrados, pero te ayudaremos a que el recorrido sea lo más cómodo posible.
Probarás varias variedades locales como Assyrtiko y Vinsanto; el personal te recomendará según tus gustos.
Tu tour privado incluye agua embotellada, todas las entradas e impuestos, transporte de lujo con aire acondicionado (y asientos para bebés si los necesitas), además de todas las medidas de seguridad Covid-19. Tu guía local se encargará de que todo vaya perfecto para que solo te relajes y disfrutes Santorini.
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