Pasearás por los viñedos de Ronda con una guía local, conocerás las bodegas de Doña Felisa de cerca y catarás tres vinos diferentes con tapas regionales. Prepárate para risas con palabras españolas, momentos prácticos entre barricas y vistas que no olvidarás.
“Aquí decimos que las viñas escuchan al viento antes de crecer,” sonrió nuestra guía Elena, quitándose un poco de polvo de la manga. Me cayó bien al instante; tenía esa manera de hablar de las uvas como si fueran viejas amigas. Empezamos en el propio viñedo, con los zapatos crujiendo sobre la tierra seca, y la verdad, no esperaba que el aire oliera tan verde—casi dulce, casi salvaje. Las colinas alrededor de Ronda se extienden hasta donde alcanza la vista. No paraba de parpadear para mirarlas mientras Elena nos contaba que su tempranillo saca el color justo de estos suelos (asentí como si entendiera; aún no estoy seguro).
Dentro de la sala de producción el ambiente se volvió más fresco y tranquilo—salvo por el suave tintineo de botellas en algún rincón. Elena nos mostró dónde ocurre la magia: enormes tanques de acero, luego barricas de roble apiladas como gigantes dormidos. Nos dejó tocar una barrica; se sentía áspera y fresca bajo la palma. Alguien preguntó si alguna vez se cansan del vino—ella se rió y dijo, “Nunca, pero a veces mi nariz sí.” Eso sacó risas a todos. Hubo un momento en que vertió un poco con una pipeta y la sostuvo a contraluz; juraría que se veían pequeñas partículas girando dentro.
La cata estaba preparada justo junto a una ventana con vistas a las viñas por las que acabábamos de caminar. Tres vinos—un blanco y dos tintos—y platitos con queso y jamón que desaparecieron demasiado rápido (creo que comí más de lo que debía). Mi favorito fue el segundo tinto—tenía un sabor a piedras calentadas por el sol y cerezas. Nos quedamos más tiempo del previsto, charlando y riendo con Elena sobre las palabras españolas para “mareado” (todavía no las pronuncio bien). Al salir bajo el sol de la tarde, sentí una extraña satisfacción—como si esas viñas realmente escucharan algo especial aquí.
Bodega Doña Felisa se encuentra cerca de Ronda, en el sur de España.
El tour incluye la degustación de tres vinos diferentes de Bodega Doña Felisa.
Sí, se ofrecen tapas locales junto con la cata de vinos.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos y sillas para bebés.
Sí, caminarás por el viñedo acompañado de una guía local durante la visita.
Los animales de servicio están permitidos en Bodega Doña Felisa.
No se especifica la duración exacta, pero incluye paseo por el viñedo, visita a la bodega y sesión de cata.
Tu visita incluye un paseo guiado por el viñedo de Bodega Doña Felisa cerca de Ronda, un recorrido por las salas de producción y crianza, y una cata relajada de tres vinos de la casa con tapas regionales antes de despedirte.
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