Bajas del avión en El Cairo y ves a tu conductor esperándote—sin estrés ni regateos. Súbete a una van privada con aire acondicionado, observa la vida de la ciudad pasar por la ventana y ten la tranquilidad de que tu equipaje está seguro y asegurado. Un comienzo tranquilo para una aventura que puede ser intensa—y a veces eso es justo lo que necesitas.
Lo primero que noté al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de El Cairo fue el aire: cálido, pero nada pesado. Apenas habíamos salido de la zona de equipajes cuando nuestro conductor nos vio, sosteniendo un cartel con mi nombre (y lo escribió bien, algo que siempre me sorprende). Sonrió y nos hizo señas como si nos estuviera esperando desde hace horas, aunque nuestro vuelo llegó tarde. Yo aún estaba medio dormido por el vuelo nocturno, así que no tener que negociar con taxistas o buscar un Uber fue un alivio total.
La van parecía casi nueva, con ese olor a coche recién estrenado que apenas se notaba bajo el polvo de El Cairo. Mi hija pegó la cara a la ventana mientras nos alejábamos de la terminal. Hay algo especial en ver pasar palmeras y minaretes que te hace sentir que realmente has llegado. El conductor habló con nosotros en inglés, preguntando si queríamos wifi o hacer una parada para comprar agua (no me lo esperaba). Nos señaló un par de cosas en el camino: una mezquita donde se casó su hermano y una rotonda donde el tráfico se vuelve caótico durante el Ramadán. La ciudad parecía inmensa y a la vez cercana.
No dejaba de pensar en lo sencillo que había sido todo. Nada de taxímetro subiendo mientras estábamos en tráfico; ni preocupaciones por si las maletas se perdían o dañaban (también estaban aseguradas, algo que a mi esposa le gustó mucho). El aire acondicionado funcionaba en silencio—gracias a eso—y me dejé llevar viendo cómo El Cairo se desplegaba a través del cristal. Cuando llegamos al hotel, el conductor nos ayudó con las maletas y le hizo un pequeño gesto de despedida a mi hija. Es curioso cómo algo tan simple como un traslado puede marcar el tono de todo un viaje.
Sí, es un traslado privado solo para tu grupo o familia.
Sí, la recogida es directamente en la terminal de llegada.
La minivan tiene capacidad para hasta cinco pasajeros; también hay sedanes para hasta tres personas.
Sí, incluye seguro de accidentes para pasajeros y seguro para el equipaje.
Sí, los traslados funcionan las 24 horas, los 7 días de la semana.
Todos los vehículos cuentan con aire acondicionado para mayor comodidad.
Puedes consultarlo con el conductor, suelen ser flexibles para paradas cortas.
La flota está compuesta por vehículos con no más de tres años de uso.
Tu traslado incluye recogida privada en el aeropuerto de El Cairo en un vehículo con aire acondicionado (sedán o van), seguro de pasajeros y equipaje, además de ayuda con las maletas hasta la puerta de tu hotel—para que solo te preocupes por relajarte tras tu vuelo.
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