Caminarás por arenas milenarias en Giza, te enfrentarás a los secretos de los faraones en el museo y probarás auténtica comida egipcia—todo en un día con un experto local guiándote.
El aire de la mañana en El Cairo siempre tiene esa mezcla de polvo y emoción, especialmente cuando sabes que te diriges a la meseta de Giza. Nuestro conductor nos recogió directamente en el lobby del hotel, sin complicaciones, y partimos antes de que el tráfico de la ciudad se intensificara. La primera vista de la Gran Pirámide nunca parece real; simplemente emerge entre la bruma, más grande de lo que imaginas. Nuestro guía, Ahmed, nos explicó cómo cada bloque fue transportado y colocado—honestamente, es increíble pensar que la gente hizo eso hace miles de años sin máquinas.
Luego paseamos por la pirámide de Kefrén. Todavía se pueden ver restos de piedra caliza lisa cerca de la cima—Ahmed dijo que es la piedra de revestimiento original. La Esfinge está cerca, con una mirada feroz pero algo cansada después de tantos siglos bajo el sol (y sí, siempre hay algunos gatos callejeros durmiendo a su sombra). La pirámide de Micerinos es más pequeña, pero de alguna manera se siente más accesible—puedes acercarte bastante y descubrir detalles que otros pasan por alto si te quedas un rato.
El almuerzo fue en un lugar local justo fuera del sitio—nada lujoso, pero aún recuerdo el aroma de kofta a la parrilla mezclado con el ruido de los cláxones afuera. Después de comer, probamos un breve paseo en camello alrededor de las pirámides. Es un poco movido y, para ser sincero, algo incómodo al principio, pero obtienes una vista completamente diferente con las tres pirámides alineadas detrás de ti. El mirador panorámico es donde todos se detienen para tomar fotos; allí se siente más tranquilo, salvo por algún vendedor ocasional que ofrece jugo frío de hibisco o postales.
Más tarde, por la tarde, nos dirigimos al Museo Egipcio en el centro. Dentro hace más fresco (gracias a Dios) y está lleno de artefactos—algunas salas parecen no haber cambiado desde los años 50. La exhibición de Tutankamón está llena de gente, pero vale la pena abrirse paso; ver su máscara de oro de cerca es algo único. Nuestro guía compartió historias sobre cómo se encontraron estos tesoros—hace que todo se sienta más cercano y personal.
¡Sí! La excursión es apta para cochecitos y funciona bien para familias con niños o bebés.
Por supuesto—el vehículo y todos los sitios son accesibles para sillas de ruedas durante todo el día.
Lleva calzado cómodo, protector solar, agua y tu cámara. Un sombrero también ayuda—el sol en Giza puede ser fuerte.
El almuerzo está incluido en un restaurante local cerca de Giza; espera platos tradicionales egipcios como carnes a la parrilla o falafel.
Tu día incluye recogida y regreso a tu hotel en El Cairo en vehículo con aire acondicionado, un guía local experto durante todo el recorrido, entrada a los principales sitios (Pirámides de Giza y Museo Egipcio), además del almuerzo en un restaurante cercano. ¡También puedes probar un paseo en camello alrededor de las pirámides si quieres!
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