Si quieres probar el verdadero Shanghai—sin trampas turísticas, solo platos sinceros de fideos y wontons—este tour es para ti. Comerás donde comen los locales, escucharás historias de alguien que creció aquí y quizá descubras tu snack favorito en un callejón escondido.
Justo antes del mediodía salgo de la estación Huangpi Road, con el aire cargado del bullicio urbano y ese aroma irresistible que viene de las cocinas cercanas. Nuestra guía, una auténtica foodie nacida y criada en Shanghai, nos llama con una sonrisa, ya sosteniendo una taza humeante de leche de soja para los madrugadores. Nos adentramos en el laberinto detrás de Huaihai Road, donde la ropa tiende al viento y las motos pasan zumbando. Dingtele está tan escondido que si pestañeas, te lo pierdes. Dentro, los platos de fideos llegan rápido: tiras hechas a mano mezcladas con aceite de cebolleta o untadas en pasta de sésamo, coronadas con schnitzel crujiente o cerdo estofado dulce. Los hongos tienen un aroma terroso que se queda en los dedos. Los locales charlan durante su pausa de almuerzo; nadie tiene prisa.
Después caminamos por Changle Road, unos quince minutos, pero es fácil perder la noción del tiempo viendo a oficinistas con cajas para llevar y vecinos jubilados regateando verduras en los puestos callejeros. Siempre hay alguien jugando al mahjong a la vista, con las fichas sonando sobre mesas de madera vieja. Nuestra guía señala su puesto de snacks favorito (los palitos fritos son legendarios después de medianoche). Nos cuenta historias de su infancia cerca de aquí, cuando las tiendas de fideos cerraban una hora cada tarde “simplemente porque sí”.
La última parada está justo al lado de South Shan’xi Road. Más que un restaurante, parece una ventanilla, pero los wontons valen la pena para sentarse en un taburete de plástico. Aquí eliges: almohadillas rellenas de camarón flotando en caldo de res o paquetes de cerdo y verduras en sopa clara. ¿La diferencia entre wontons pequeños y grandes? Solo los locales lo discuten con tanta pasión. Si haces el tour de la tarde, hay cerveza local fría para acompañar; si no, la leche de soja cumple igual. Para entonces, mi camisa huele a cebolleta y caldo, y no me molesta nada.
¡Sí! Solo avísanos al reservar y nos aseguraremos de que haya opciones vegetarianas en cada parada.
No te preocupes, el tour se hace con lluvia o sol. La mayoría de las paradas son interiores o están cubiertas, pero lleva paraguas por si acaso.
¡Claro! Los niños son bienvenidos siempre que vayan acompañados de un adulto. También hay muchas cosas para que prueben.
Por supuesto. Si prefieres no beber cerveza, te ofrecemos leche de soja, especialmente en los tours de la mañana.
Tu entrada incluye degustaciones de fideos y wontons en tres restaurantes locales, bebidas (cerveza local o leche de soja) y un guía amable de Shanghai que conoce todos los atajos por estos callejones.
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